tag:blogger.com,1999:blog-22163191733139685352024-03-13T22:16:48.374-07:00MistagogíaMística y religión en el mundo de hoyAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.comBlogger32125tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-667588422398727522017-03-10T06:58:00.001-08:002017-03-10T08:24:18.855-08:00El género de la ideología<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Para quienes hemos vivido en los años ochenta no es difícil recordar lo que significaba en ese entonces una ideología. No se trataba simplemente de un conjunto de ideas, ni mucho menos de un aparato conceptual inherente a nuestra vida; era un sucedáneo del argumento. En efecto, la ideología se ofrecía como reemplazo del largo y, a veces, penoso esfuerzo de argumentar. Cierto, varios autores pos-marxistas han evaluado el término de ideología y de alguna manera reivindican en término porque después de todo parece que siempre poseemos una ideología a través de la cual vemos la realidad. Zizek dice que "de acuerdo al sentido común, las ideologías son algo borroso que confunde la visión directa; las ideologías deberían ser las gafas que distorsionan nuestra visión y la crítica a la ideología debería ser lo opuesto, algo así como quitarse las gafas para poder ver por fin cómo son las cosas en la realidad... esta es la ilusión definitiva. La ideología no se nos impone simplemente, la ideología es nuestra relación espontánea con el entorno social, como percibimos cada significado y lo demás. En cierta forma gozamos de nuestra ideología". Lo que hace Zizek, y no es el único, es convertir la ideología en un punto de vista, en un sistema de creencias en el que siempre estaremos porque se trata de nuestro espacio natural. Cierto, Zizek trastoca el sentido que se había dado a la ideología como falsa conciencia y nos remite al hecho puro y duro de no poder estar fuera de toda ideología porque siempre tenemos un filtro. En este sentido, de acuerdo a lo dicho por Zizek y a mi introducción, todo es susceptible de hacerse ideológico, para bien o para mal, cuando no ponemos una reserva crítica. Por lo tanto, ¿puede haber una ideología de género? Sí, claro, como también hay, sobre todo en este tiempo, una ideología religioso-fundamentalista que se expande como reguero de pólvora.</span></div>
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<span style="font-size: large;">Me he dado el trabajo de revisar el currículo escolar en las secciones, que entiendo, son polémicas o confusas. El problema mayor del currículo sería distinguir el sexo biológico y el género. En efecto, en buena parte de visiones compartidas, el sexo biológico es masculino y femenino y esta distinción coincide perfectamente con el género. Pero esta visión se ha convertido en un problema; en efecto, si nuestra visión de las cosas se enfrasca en esta tesis no tendremos cómo dar cuenta de una realidad como la que vivimos desde que existe el ser humano, a saber: hay orientaciones sexuales que no se circunscriben al sexo biológico. ¿Es esto nuevo? Para nada. Lo nuevo es el espacio de reconocimiento relativamente tardío en virtud del cual hemos aceptado que el ser humano es, finalmente, más complejo que lo masculino y femenino. Pero esta distinción, presente en el currículo, felizmente está más allá de antiguas ideas que asumían que la orientación sería definida exclusivamente por la socialización: varios experimentos han fracasado y tenemos muchos testimonios de personas que, después de haber recibido una educación estereotipada masculina o femenina, reconocieron que no se experimentaban como la formación se los había sugerido. Estas situaciones siguen siendo parte de una minoría que, repito, antes no reconocíamos, y menos aun, pensábamos que debían tener algún derecho. </span><br />
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<span style="font-size: large;">En este sentido, hace falta evitar situaciones de pánico que revelan intolerancia, pero también hay que evitar que se imponga una suerte de totalitarismo de la minoría. </span></div>
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<span style="font-size: large;">Sobre lo primero. Para evitar el pánico hay que señalar con claridad que la distinción entre sexo biológico y género es un hecho que puede corroborarse históricamente y esto no es un problema; es una realidad que hay que acoger y reconocer sin juicios de valor. Servirse de la Biblia para justificar posiciones intransigentes con relación a esta realidad es una vergüenza porque revela que quienes lo hacen no saben leer y que usan la Escritura para comunicar una voluntad de poder. Jesús, no sólo es el hijo de Dios para los creyentes, sino que él mismo se constituye en intérprete de la Escritura y lo hace saliendo de toda literalidad e infundiendo su espíritu para abrirnos a lo que va más allá de la letra, es decir el amor. </span></div>
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<span style="font-size: large;">Sobre lo segundo. Para evitar el totalitarismo de la minoría, hay que mantener el principio de realidad y en este sentido lo que debe convertirse en divisa de las sociedades civiles es el bien común. Este es un principio en virtud del cual podemos reconocernos y amarnos sin imponer nuestros derechos particulares en el espacio común. Pienso que el espacio común se fortalece en la medida en que hacemos valer nuestros deberes para con los demás. Decir esto es complicado porque estamos muy rezagados en términos de nuestros derechos y esto ha obligado a muchas minorías a salir a reclamar lo que les corresponde frente al Estado, a la sociedad y a Dios. Pero nos hemos contagiado de un ánimo un tanto irracional en el que los deberes se diluyen en virtud de justos reclamos de derechos. Si al Estado le toca asegurar los derechos y lo hace bien, los demás podremos dedicarnos cada vez más y mejor a desarrollar nuestros deberes y, sobre todo, podremos dedicarnos al deber que excede todo deber: el amor. </span></div>
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<span style="font-size: large;">Así pues, que el Estado haga su trabajo y que lo haga bien y nosotros, la sociedad civil, podremos hacer también lo que nos toca. El currículo es, en este sentido, una oportunidad y no hay que temerle a menos que sintamos que no estamos cumpliendo con nuestro deber en casa. </span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-45829627664625633142016-08-06T06:15:00.001-07:002016-08-07T18:13:30.271-07:0013A Ni una menosEste día 13 de agosto lo vamos a recordar todos. Una de las características de una sociedad que vive bajo tutela es que no tiene capacidad para organizarse, para manifestarse. Pero una acción de este tipo es la mejor muestra de que la sociedad civil ha ido haciéndose cada vez más dueña de su destino. <div><br><div>Las mujeres se manifiestan porque durante siglos se ha vehiculado una imagen terrible de la mujer: objeto, subordinada, llena de fragilidades, etc. Ya no es suficiente con decir resignadamente como se ha hecho muchas veces "es que las sociedades latinoamericanas son machistas"; en adelante decir eso y sentirse satisfecho será mediocridad y estupidez. Por supuesto que nuestra sociedad es machista, pero no se puede aceptar como hecho inamovible. Los males sociales, como el machismo, existen porque han sido capaces de reproducirse a lo largo de años de permisibidad y de complacencia. Para erradicar, o por lo menos tener a raya, el machismo habría que poner en revisión la imagen de la mujer que circula como parte de nuestro inconsciente colectivo. Y pienso que para que haya una imagen justa de la mujer hay que confrontar al machismo imperante con todas sus pobrezas.</div><div><br></div><div>En este sentido, el machismo es conservador porque quiere mantener su hegemonía. Machismo que exacerba los sentidos con reggetones que explícitamente incitan a la violencia sexual ; machismo de los baños de "caballeros" donde a despecho de algunos la horda allí congregada grita a voz en cuello su virilidad; o del prepotente que se impone porque es más fuerte; machismo del que el burdel forma parte de su natural porque "tiene necesidades"; o del que conserva y mantiene a su mujer y a la sucursal con la complicidad de los "amigos" incapaces de decirle que debe ocuparse de los suyos. Denso, ¿no? Pero si no atacamos al machismo en su estilo de vida, no cambiaremos la percepción sobre la mujer y la "cultura" de la frivolidad seguirá garantizando que la mujer sea tratada como prolongación exitosa del bacán, o como utensilio de cocina, o como cualquier otro objeto cuya dignidad resulte anecdótica.</div></div><div><br></div><div>¿Cómo ha venido a durar tanto tiempo el machismo entre nosotros? En primer lugar porque se ha introducido en la psique, en el lugar en el que se producen los deseos y se ha convertido en un producto consumible. ¡Cuántos años hemos soportado las absurdas publicidades de la cerveza Cristal! Es verdad, parece que ya no lo hace, pero todavía lo recordamos, ¿no? Lo digo a propósito de ese concepto manido de recordación de la marca. Si no fuera por la formación que recibí en mi casa y en el colegio probablemente creería que "mujer" es el nombre de un objeto más o menos articulado y que se puede consumir a granel sin perjuicio ninguno. En segundo lugar, el machismo se enquistó entre nosotros porque se vinculó con el humor criollo cuya chispa celebramos con frecuencia. Ese humor merecería otro tanto de estudio porque nos ha hecho sobrevivir en tiempo de crisis, es verdad, pero su permisibidad es nefasta. El humor criollo puede convertirse en una herramienta legitimadora de los abusos contra la mujer porque, después de todo, puede dar risa (a mí, por cierto, no me da risa). En tercer lugar, lamento decirlo, pero creo que algunos medios de comunicación tienen responsabilidad directa en el fortalecimiento de las estrategias machistas. Puedo poner ejemplos si me lo permiten. ¿Por qué la famosa página de malcriadas en algunos diarios (el Trome) o revistas (como Caretas)? Quizás eso no llegue a ser pornográfico, pero sí es vulgar y condena a la sociedad a consumir sin un mínimo de exigencia. No se niega que pueda haber en la cultura una referencia a lo erótico que guarda, sin duda alguna, una relación con lo estético, pero no me digan que poner malcriadas en las últimas páginas tienen algo de estético. Más bien forma parte del mismo conservadurismo (en este caso conservar el consumo medio para seguir vendiendo) del machismo que ya se ha agotado. En este sentido, liberarse del machismo exige imaginación para reinventar hasta el modo de vender diarios.</div><div><br></div><div>Ignacio de Loyola solía decir que el mal actúa tratando pasar desapercibido, o sea caleta, pero que se desinfla en cuanto de pone en evidencia, es decir cuando le dicen: "ampay". Este es el comienzo de su desmontaje. Cuando las mujeres deciden marchar en la calle y dicen "basta" ponen en evidencia todas las pobrezas de los machismos de antaño y comienzan a desarticular las estrategias tejidas a lo largo del tiempo por el mal. </div><div><br></div><div>Para que no parezca que sólo me quedo en el problema quisiera terminar con algo positivo: no <span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">habría manifestación el 13 de agosto si no fuera posible cambiar las cosas; si no hubiera entre nosotros la capacidad de mirar las limitaciones y de proponernos hacer mejor las cosas, pero la toma de conciencia supone a veces más tiempo del que creemos.</span></div><div><br></div><div><br></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-48674135684938242072016-02-21T14:09:00.000-08:002016-02-21T14:09:30.161-08:00Robando el cielo<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">Toda religión tiene alguna noción análoga a la salvación. En términos muy elementales, la salvación es una situación específica de felicidad incomparable. Para acceder a la salvación, las religiones se articulan en torno a tres mediaciones características: una comunidad, una ley y un camino. En efecto, como señaló Michel Meslin, toda religión se aglutina en torno a una comunidad, se estructura en virtud de una ley y ofrece un sentido, un camino. Estas tres mediaciones se agrupan para orientar al creyente hacia un fin determinado que hemos convenido en llamar "salvación". </span></div>
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<span style="font-size: large;">Hay que decir que las religiones no han inventado el sentido último de salvación. Se trata de un "dispositivo" propio del ser humano. Me atrevería a decir que existe una regla de proporcionalidad: tanto más experimenta el ser humano su estado de contingencia, de finitud tanto más aspira a un sentido que está más allá de dicha experiencia. No se trata de una simple negación de la contigencia a través de un juego de inversión. La finitud misma alberga un más allá sin el que no sería posible reconocerse como contingente. Esto es precisamente lo que llamamos sentido: junto con el hecho de la conciencia de la contigencia sobreviene un sentido último. Es decir, en un hecho de contingencia viene el hecho de su exceso como reverso de lo mismo. Ese exceso que albergamos es lo que anuncia el deseo de salvación.</span></div>
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<span style="font-size: large;">La salvación puede expresarse en términos de un conocimiento profundo de sí mismo o como una vida después de la muerte, pero lo cierto es que, estas nociones reflejan que existe una esperanza muy propia del género humano y que revela un intenso deseo de felicidad.</span></div>
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<span style="font-size: medium;"><span style="font-size: large;">Pero ¿a quién parece importar la salvación en nuestro tiempo? ¿Alguien se atormenta acaso con la posibilidad de los </span><span style="font-size: large;">horrores de la condenación? ¿Alguien pierde el sueño imaginando cómo hacer para salvarse? ¿Alguien ha conservado este deseo de exceso que va más allá del hecho de la contingencia? En efecto, la respuesta es no. En algún sentido, debemos alegrarnos de saber que no nos atormentamos con la idea de la condena. Pero la salvación, como deseo y deseo de excedencia, ¿no se ha perdido también?¿Acaso hayamos encontrado la forma de responder a este deseo que excede nuestra finitud o contingencia? Y si es así, ¿qué es lo que lo habría reemplazado? En la mayor parte de los casos, ese deseo ha sido reemplazado por productos, constructos, objetos y cosas que parecen robar el deseo de exceso y lo llenan a pesar de que este no se identifica con ninguna de las cosas, objetos, constructos o productos que han venido a saturar nuestra vida. </span></span></div>
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<span style="font-size: large;">Más allá de Freud, el ser humano es deseo. Este revela, es verdad, una carencia, una finitud, pero lo hace porque evidencia un apetito por un más allá. Alguno podría decir que se trata de un espejismo y que del hecho de desear un más allá no se sigue que éste exista. Es verdad, pero hay que reconocer que las sociedades contemporáneas han producido un conjunto de objetos a la medida de este deseo para ofrecer un bálsamo, y eso da que pensar. Lo que hacen las religiones es insistir en que este deseo es un hecho y que es también un hecho experimentarlo, pero pretender satisfacerlo con lo que producimos nosotros mismos (como lo hace la sociedad de consumo) no es más que un esfuerzo banal por tapar una realidad que ha producido admiración desde siempre. </span></div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-29484341861301556712015-05-15T16:20:00.002-07:002015-05-15T16:20:52.962-07:00Contra pusilanimitatem<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;">El título me lo sugirió una antigua referencia que explica el sacramento de la confirmación en términos salir de un espíritu de pusilanimidad. Pero no me interesa ahora referirme al sacramento, sino al sentido que se encuentra detrás de la pusilanimidad que caracteriza al catolicismo en el Perú. En efecto, entiendo que nuestra idiosincracia tiende a estandarizar formas de estar en la vida que funcionen, aún a riesgo de que sea mediocremente. Esto es lo que ocurre con lo que quiero llamar el catolicismo estandarizado en el que un amplio sector se ha acostumbrado a estar. Entiendo que este modelo es pusilánime, enclencle o mediocre cuando no experimenta movimiento. Es pusilánime cuando, carente de cultivo, se queda en la visión infantil que recibimos todos desde el catecismo. No puedo determinar con seguridad que las migraciones de católicos hacia otras religiones, y sobre todo, hacia el ateísmo descansen en esta falta de cultivo, pero es el caldo de cultivo ideal. </span></div>
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<span style="font-size: large;">Acaso la clericalización de la Iglesia sea la primera causa de esta debilidad y de esta costumbre que consiste en no detenerse a pensar la fe. Lo que reclamo, con cierta preocupación, es que el creyente se ocupe de pensar lo que cree y no se permita a sí mismo el ocio de conformarse con respuestas a la medida de la infancia. La consecuencia directa de esta pusilanimidad es la fragilización del mensaje evangélico que ha pasado así a ser peligrosamente un instrumento para reproducir el <i>statu quo. </i></span></div>
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<span style="font-size: large;"><i>Contra pusilanimitatem</i>: e</span><span style="font-size: large;">star en contra de algo no es suficiente para considerarse un ser vivo. Es una falsa causa y revela una forma de abstracción. Pero estar contra la fe mediocre es una excelente manera de comenzar a profundizar en nuestra relación con Dios sin conformarse con respuestas que nos dejen tranquilos en nuestra posición despreocupada. Más vale no ser católico que ser uno que se conforma con mínimos. </span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-8516049584492197122015-03-08T20:23:00.000-07:002015-03-08T20:23:19.574-07:00¿Cómo demostrar la existencia de Dios?<div style="text-align: justify;">
En el mes de diciembre del año pasado tuve un diálogo en torno a la moral atea con Helmut Kessel, que fue animado por Víctor Andres García Belaunde. Al comenzar el diálogo me preguntaron si podía demostarse la existencia de Dios. Mi respuesta fue automática y fue en este sentido: no es posible y pretender hacerlo es una pérdida de tiempo.</div>
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Algunas personas que no tengo el gusto de conocer alegaron en contra de mi afirmación por ignorar en apariencia o, por lo menos, por no servirse de los argumentos que desarrolla sobre todo la teología natural para demostrar la existencia de Dios. Quisiera explicar porqué considero que no es posible demostrar la existencia de Dios y porqué es una pérdida de tiempo querer hacerlo. Aclaremos, sin embargo, que negar la demostración no pone en absoluto en cuestión la existencia de Dios. </div>
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1. <b>Partamos del principio</b>. Los clásicos argumentos desarrollados por la teología natural para "demostrar" la existencia de Dios no pretenden desarrollar una demostración en el sentido científico contemporáneo. Quienes usaron este recurso creían perfectamente en Dios y se dirigían a un público que no hubiera tenido ni siquiera la tentación que pensar que Dios fuese una quimera. Propiamente hablando, la intención de demostrar la existencia de Dios aparece en la filosofía cartesiana en el siglo XVII. Pero aún allí habría que decir, a favor de Descartes, que él considera que Dios es una evidencia racional, por lo tanto qué necesidad habría de esgrimir una prueba. </div>
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2. <b>Las pruebas son inútiles</b>. Contemporáneo de Descartes, pero en las antípodas de éste, Pascal ofrece un balance sumamente crítico de todas las pruebas. Las pruebas son inútiles y no convencen a nadie, dirá Pascal. Y sostendrá que lo único que podría ser digno de llamarse prueba (pero no lo es en el universo de la teología natural) es el testimonio o la prueba moral. Dicho de otro modo, la existencia de Dios se acepta a través de la experiencia de una vida coherente. En este sentido, las pretendidas pruebas para demostrar la existencia de Dios son charlatanería. </div>
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3. <b>La finalidad de las "pruebas"</b>. Las pruebas que se desarrollaron sobre todo hasta el siglo XVII (aunque existen nuevas versiones y nuevos intentos como los de Lane Craig) tenían otra finalidad. Cuando Santo Tomás de Aquino, por ejemplo, desarrolla las cinco vías para probar la existencia de Dios, hay que considerar que se trata de un creyente que se dirige a creyentes; no se puede hacer una abstracción de este espacio de comprensión, de este espacio "hermenéutico". Si esto es así, la finalidad no es probar que Dios existe como lo hace la ciencia desarrollando un procedimiento empírico-racional para poner en evidencia la verdad de una teoría. La finalidad de San Agustín, San Anselmo, Santo Tomás, entre tantos otros es dar cuenta de lo que se cree, explicarse la coherencia de lo que se cree.</div>
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Pero las pruebas tienen una debilidad respecto de la cual los medievales tenían clara conciencia: no es posible operar una reducción lógica de la existencia de Dios. <i>Deus est semper maior </i>y pensar lo contrario, como lo pretenden algunos neo-teístas, es un error. Estos últimos pretenden demostrar la existencia de Dios y recurren a una creencia distinta de la profesada por la mayor parte de autores a los que se refieren acaso por un desliz en la lectura de los mismos. </div>
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Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-54967488157036961652015-01-19T09:48:00.001-08:002015-01-20T08:19:14.700-08:00Ser o no ser Charlie. Otro dilema moralHace ya algunos días vimos en las noticias los niveles a los que puede llegar la barbarie del ser humano. La respuesta no se hizo esperar. No sólo me refiero, por cierto, a la eficacísima intervención policial, sino principalmente a las movilizaciones pacíficas en la capital de Francia y en otras varias ciudades europeas. Bajo el lema "yo soy Charlie" millones de personas se solidarizaron e hicieron un bloque común contra la violencia. <div><br></div><div>Durante mis ocho años en París, siempre me impresionó la capacidad de los europeos para reaccionar frente a los mecanismos antidemocraticos. Y no sólo me impresionaba, siempre lo celebraba con una secreta añoranza de lo que quería que ocurriera en esta parte del mundo. Pero hay que interpretar bien esta campaña de <span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">"yo soy Charlie", porque no creo que ella quiera avalar una forma de entender la libertad que, reconozcámoslo, es deplorable. Me he tomado varios días para mirar las caricaturas de Charlie Hebdo y después de un análisis estoy inclinado a pensar que es difícil entender este humor corrosivo; no creo que sea comprensible fuera de ciertos márgenes culturales y aún en su propio ámbito y espacio, sospecho que tendría muchos detractores. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">La sátira que usa este semanario es agresiva. Juzgar que es agresiva, me parece, es lo mínimo que puede afirmarse, sin abandonarse a la susceptibilidad. Estas caricaturas no se refieren a personas, sino a formas de estar en la vida, a formas de ser, es decir a creencias que son omniabarcantes y que involucran a grupos de personas. Parecería que lo políticamente correcto tendría más cuidado con las minorías que con los grandes sistemas de creencias. Y si es así, ¿tiene la prensa libertad o patente de corso para tomar al creyente como punching bag? ¿Es suficiente decir que sus carátulas escogían a diferentes objetivos y que criticaban a cualquiera? ¿No es acaso cierto que la sátira puede devenir en un instrumento que hace manifiesta la intolerancia o incluso el racismo? ¿No se han dado cuenta acaso que la religión representa también una cultura? Y por último, ¿cuándo afirmo que soy Charlie justifico también la subrepticia y a la vez descarada intolerancia frente a la religión? </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Pues ser Charlie no permite avalar formas de actuar que son objetivamente cuestionables y lamento que la reacción contra la violencia no deplore también el exceso de libertad, o mejor dicho, la negligencia en el uso de la libertad. Según mi modesto entender, sería vital que las autoridades competentes expresaran una palabra sobre una violencia intolerante que se escuda en una mala comprensión de la libertad de prensa. ¿Por qué? Porque de no hacerse, quienes no son Charlie, pero comparten una cultura reinvindicarán de una manera cada vez más exaltada su modo de ser. Quienes dieron muerte violenta a las doce personas en Charlie Hebdo estaban enfermas. No cabe duda. Además de fundamentalistas, estaban fuera de la realidad. Pero quienes creemos, y lo hacemos enseñando tolerancia y tenemos una sana dosis de humor e ironía no podremos estar de acuerdo con ninguna de las dos violencias aun cuando sean entre si incomparables.</span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Hace poco y en referencia a lo ocurrido recientemente en Paris, el Papa Francisco sostuvo que si alguien hablara mal de su madre reaccionaría dando un golpe. Las críticas no se hicieron esperar e hicieron una lectura sorpresiva: más bien debería mostrar la otra mejilla, dijeron. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">A mi modo de ver, esta crítica puede disolverse de dos modos. El primero develando un sentido menos usual de la frase bíblica y el segundo entendiendo adecuadamente lo que dijo el Papa. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">1. Partamos por la Biblia. El fundamentalismo descansa sobre interpretaciones de carácter literal de la Biblia (o de cualquier libro sagrado). ¿Qué significa esto? Significa que cuando se cita a la Biblia debe observarse el contexto. La dificultad de interpretar la Biblia está, entre otras cosas, en que es necesario obedecer a la intra y a la intertextualidad. En el caso concreto, tanto Lucas como Mateo tienen una frase análoga sobre la mejilla. Mateo, sin embargo, se refiere a una acción judicial que rompe la ley del Talion; Lucas se refiere a una agresión sufrida y ante la cual puede resistirse sin violencia. Para el presente caso, entiendo que se aplica mejor el texto de Lucas. Con todo, el único pasaje bíblico en el que Jesús recibió una bofetada es durante la pasión (Jn. 18,22) y no ofreció la otra mejilla, sino que puso en evidencia la irracionalidad del castigo. En este sentido, y dejando de lado la letra del texto, poner la otra mejilla significa resistir al mal y a la violencia y oponerse a ella sin usar sus formas. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">2. Lo que dijo el Papa. Habría que estar muy confundido para pensar que el Papa desearía de algún modo incitar a la violencia. Admitamos que el símil no es el más feliz, pero es evidente que lo que está diciendo es que la relación que establece el creyente con sus creencias es tan vital y afectivo como el que tiene el ser humano con su madre. Este recurso es una simple analogía que no pretende justificar la brutalidad del asesinato, pero que tampoco puede hacerse de la vista gorda frente a la agresión de Charlie Hebdo. </span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="-webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0); font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Ser Charlie es rechazar la barbarie; no ser Charlie es rechazar la intolerancia. Y en ambos casos, lo único que no admite dudas es que la paz necesita de todos.</span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-69536594067220719012014-12-31T15:19:00.000-08:002014-12-31T15:20:20.515-08:00Al final del 2014<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">El evangelio del 25 de diciembre trae el solemne inicio de San Juan: “En el principio ya existía la Palabra y la
Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era Dios”. Frente a los otros tres
evangelios que describen la historia de Jesús al familiarizarnos con las
condiciones de su venida, este evangelio “completa” la información y eleva la descripción
hasta el origen divino, hasta un origen no conmensurable. Por la pluma de San Juan podremos entender lo que señala el areopagita: "el ser de todas las cosas es la divinidad que está por encima de todos los seres" (Scoto: 253). Y es que, en efecto, El (Jesucristo) desciende solo y asciende con una multitud. "De los hombres ha hecho dioses quien siendo Dios se hizo hombre" (Scoto: 307). Este es también el destino de cada uno. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">Aunque es San Mateo quien hace
manifiesta la genealogía de Jesús, Lucas y Marcos se sitúan en una
perspectiva análoga a la suya que consiste en precisar cómo fue el
nacimiento de Jesús: hay más detalles, más descripciones, más narrativa. Es como si quisieran responder al creyente de aquel
momento que se pregunta <i>de dónde procede
su fe</i>. Y la respuesta se reconoce en la narración: la fe viene de más
atrás, por eso hay que hacer historia, especialmente si esto supone detenerse
en una genealogía. En el lenguaje bíblico la sucesión de nombres en la
genealogía no es banal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18.0pt;">
</div>
<ol>
<li><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: large; text-indent: -18pt;">1. </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: large; text-indent: -18pt;">La
genealogía está asociada al engendramiento. Cada nombre viene de otro que lo
precede y al recomponer esta generación podemos ver un hilo compuesto de
personas que se conservan unidas entre sí. Se funda de esta manera una solidaridad. Jesús está igualmente asociado por solidaridad con un grupo, con un pueblo y con una cultura, pero al
mismo tiempo hay un salto, una ruptura a la que me referiré enseguida.</span></li>
<li><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: large; text-indent: -18pt;">2. Estas generaciones constituyen la historia. La
historia no es el conjunto de hechos, sino el conjunto de nombres cuyos rostros
evocan también la presencia de Dios. Las generaciones se unen para “cantar a
Dios y sus obras” (Sal. 145,4). Pero si lo que nos une es esta solidaridad,
también habremos de ver que estamos unidos a una generación bendecida o que ha
rechazado a Dios.</span></li>
<li><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: large; text-indent: -18pt;"><br /></span></li>
</ol>
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif; font-size: large; text-indent: -18pt;">Hay más de una moraleja a extraer de la idea de la genealogía. Solemos pensar en el tiempo como un depósito en el que ponemos hechos; los hechos del año transcurrido, por ejemplo. Pero esta visión tal vez no nos haga ver que somos actores de los hechos; mejor todavía, que estamos llamados a ser actores y que en cada fragmento de tiempo ha habido numerosos actores. Cada nombre en la genealogía despliega una singularidad que permite entender no sólo que estamos en el 2015, sino de qué modo estamos en él. No debería terminarse un año de nuestra vida sin mirar de dónde venimos. Y venimos de muchas voces. Muchas han sido motivo de consuelo; pero también está esta otra parte que ocurre, a veces a despecho de nosotros, y respecto de lo cual no podemos eximirnos. Sólo en este secreto reconocimiento sabremos confrontarnos con las dimensiones más duras y cruentas de nuestra historia para exigirles finalidades. Negarnos a confrontarnos con estas dimensiones, es olvidar que estamos atados a nuestra genealogía por lazos que exceden la sangre y es además condenarnos a no poner las finalidades que harán advenir el Reino de dioses constituido por el Primero y el Unico. </span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-22848398964546919442014-11-23T18:01:00.000-08:002014-11-23T19:27:35.515-08:00El ser humano desde la espiritualidad<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">¿Qué
decir del ser humano desde la espiritualidad? La espiritualidad es el sentido
de profundidad en nuestra vida. Al margen de toda religión podemos decir que
somos espirituales y esto no quiere decir, como alguna vez lo fue, que tenemos una
parte que llamamos espíritu, sino que somos espirituales, es decir que nuestras
operaciones y elaboraciones son humanas porque son espirituales, es decir
porque están revestidas de una tensión que va más allá de la contingencia o de
la singularidad. No se entendería de otro modo por qué aspiramos a hacer declaraciones
de carácter universal, sino es porque reconocemos y celebramos la capacidad de
aspirar y de esperar. De este núcleo espiritual surgen las grandes aspiraciones
en el ser humano. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Hace
unos días conversaba con una persona acerca de la situación de los 43 jóvenes
desaparecidos en México (Ayotzinapa), pero también de lo que se multiplica en nuestro
propio país: narcotráfico, sicariato, corrupción y sobre todo la implícita aceptación
de estos males con frases tantas veces repetidas como “aquel roba pero hace
obra”. ¿Qué dice esta frase acerca del ser humano?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">1.
Primera hipótesis, en una visión nihilista: la frase aludida quiere decir “simplemente
me tiene sin cuidado lo que haga el otro”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">2.
Segunda hipótesis, en una visión pragmática: significaría “sólo me interesan
los productos”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">3.
Tercera hipótesis, en una visión autoreferencial: querría decir “yo hago lo
mismo, también robo”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Podría
seguir este ejercicio para imaginar tantas otras hipótesis; todas ellas
reflejarán, sin duda, un pesimismo y, al mismo tiempo, harán más terrorífica la
visión de la realidad. Pero incluso este pesimismo muestra que el ser humano no
está hecho para cometer estos actos. En efecto, no los reprobamos solamente
porque son intrínsecamente malos, sino sobre todo porque no podemos
reconocerlos como propios de una especie llamada desde el más allá.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">La
espiritualidad es transitar “más allá” y estar referido al “más allá”. Pero más
allá de qué. De mi propia particularidad, de mi propio discurso, de mi propia
conciencia, de los límites de mi propio mundo. Es decir de todo lo que pone en
riesgo la posibilidad de crear una sociedad. Levinas se ha referido a este primer
hecho como un “egoísmo ontológico”. Y dice además que este egoísmo no se
refiere a la moral, es decir no es fruto de una decisión. El ser humano se mira
y en este gesto experimenta el placer de regodearse consigo mismo. Pero en este
egoísmo que podríamos llamar de nacimiento hay también una experiencia
espiritual innata que consiste en estar iluminado desde dentro, como abierto
desde el interior permitiendo así que seamos permeables al “más allá” del que
está del otro lado de mi particularidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">Frente
a realidades como las que vemos a nuestro alrededor, la pregunta insoslayable es
si no nos encontramos ante el fin del mundo, si no estamos llegando al final de
algo, si no estamos confrontándonos con situaciones límites que se desbordan. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman";">De
alguna manera el ser humano está hoy en una situación de peligro mayor que la
que vimos o aprendimos antaño. No me refiero sólo al deterioro del ambiente,
sino a la posibilidad de vivir el ocaso de una especie que corre graves
peligros si rechaza lo que lo ha conducido hasta este momento de su historia. <o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-PE; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-language: EN-US;"><br /></span>
<span style="font-family: "Batang","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-PE; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-language: EN-US;">El ser humano ha sido capaz de crear
civilizaciones con todo lo que ello supone; también ha desmontado los relatos
que lo sostenían, es verdad que con artificios, pero todavía no ha sido capaz
de proferir las palabras o de producir las narraciones que lo distinguen como
unidad espiritual que camina de pie, que se eleva por encima de la tierra que
pisa porque aspira y espera. Me atrevo a sugerir que la nota característica de
la espiritualidad del ser humano es sobre todo esperanza. La “desesperación
puede ser asimilada a una verdadera autofagia espiritual (Marcel: 55), a un
ejercicio todavía suficientemente narcisista y con gran potencia para destruir.
Y a su vez, la esperanza supone exceder todo condicionamiento, todo aquí y
ahora; y no se tratará de una solapada forma de negar la facticidad de lo
inevitable, sino precisamente la afirmación absoluta de la vida que responde al
infinito: “hay que subrayar –señala Marcel- decididamente cuál es el único
resorte posible de esta esperanza absoluta. Se presenta como respuesta de la
criatura al ser infinito al que tiene conciencia de deber todo lo que es y de
no poder, sin desvergüenza, poner una condición, cualquiera que fuera” (Marcel:
58). Todavía profundizará Gabriel Marcel en esta idea luminosa para preguntarse,
sin ápice de socarronería, si no es desesperar declarar que Dios (la
trascendencia, el infinito, el Otro no asimilable) se ha retirado de mí
(Marcel: 58). Quisiera todavía explicar que la espiritualidad no es una abstracción,
porque sólo hay esperanza cuando el ser humano se reconoce como mucho menos que
una abstracción, como una encarnación de un más allá que se hace patente para hacer
civilizaciones sin violencia, sin mentira, sin envidia. La abstracción está en
los males que padecemos, en los sujetos que se abstraen de su condición para
robarnos un pedazo de nuestra vida civilizada, pero nunca nuestra esperanza.</span>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-83403445451665809462014-10-05T10:22:00.001-07:002014-10-11T09:28:04.421-07:00Time to healMientras oía esta melodía, <i>Time to heal, </i>discurría sobre una frase del Cardenal Kasper que me quedó dando vueltas hace varios días: "hay quienes temen cambios (en la Iglesia) porque creen que se va a desmoronar todo". Los cambios no se hacen porque sí. Esta alternativa podemos descartarla, pero los cambios que se han preparado y razonado adecuadamente, ¿por qué no? Sin ánimo de pretender acertar en LA respuesta, pienso que una razón por la que puede haber algún tipo de resistencia a cambiar (o simplemente a renovar) es la imagen de Dios que puede haber manejado durante siglos la Iglesia, aunque no toda la Iglesia. Hay una imagen que paraliza y sobre este particular quisiera tomarme algunos minutos.<div><br></div><div>En nuestra relación con Dios hay idas y venidas que obedecen a nuestras búsquedas. En estas búsquedas acaso lo más relevante sea liberarnos de imagenes de Dios que podrían hacer de nosotros pusilánimes o incapaces de arriesgar decisiones. Por supuesto, en nuestras decisiones asumimos absolutos: no se trata de hacer como si todo diese lo mismo. Si nos ponemos radicales, habría que decir que el único absoluto es Dios y aquello que, creemos, él ha constituido absoluto: el dolor humano, la pobreza, la marginación, la vida... Estos últimos se convierten en nuestros "absolutos" y por eso podemos, por ejemplo, juzgar una guerra como algo que no puede ser, y así por el estilo.</div><div><br></div><div>Ahora bien, volvamos a las imágenes de Dios. En el panteón de dioses que podemos arriesgarnos a fabricar, hay un tipo que corroe nuestra confianza básica porque sólo sabe vigilar. La cuestión comienza de manera imperceptibile, casi natural. Poco a poco cedemos y en un momento determinado, aparece un dios convertido en wachimán de mala traza que sólo sabe meter palo cuando asomamos la cabeza. </div><div><br><div>Este dios ha estado muy presente en la historia de las religiones, en especial en las monoteístas. Dicho de manera muy simplificada es el dios <b>sagrado</b> que asusta, espanta y fascina. Sí, también fascina porque nos lo encontramos en una relación de control-dominio a partir de la que controlaremos tanto como experimentemos sobre nosotros el control. Por eso este dios fascina porque se convierte en elespejo del poder que quisieramos tener, y que tendremos, por cierto, a través de él. Este dios es un mequetrefe y lo que no se logra entender es cómo hace para resucitar tantas veces. </div><div><br></div><div>Voy a contar cómo murió este mequetrefe en el primer siglo de nuestra era; en otra oportunidad intentaré descubrir cómo volvió tantas veces a la vida. En Belén de Judá nació un hombre que hizo historia porque transformó el vocabulario a mano en ese entonces para hablar a Dios. Solamente lo podía haber hecho alguien que supiera del misterio de Dios desde las entrañas. Sabemos que es Jesús, el nazareno. En un mundo romano habitado por riadas de dioses, los judíos conservaban, acaso temerosos ante las fuerzas de ocupación, el culto al Dios de sus ancestros: Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Jesús propuso dar un giro en la relación con Dios. Sembró pacientemente intensos vínculos afectivos que sirvieran al ser humano de la calle para sentir y hablar a Dios ya no como si se hablase de una representacion o de una idea abstracta. ¿Qué trajo esto como consecuencia? Dios dejó el cielo y me metió en la barca con los pescadores, hablaba con publicanos y prostitutas, cultivaba el grano con sus paisanos, es decir Dios pasaba por las calles haciendo que el vínculo se estrechase cada vez más y lo hacía en el dia a día del esfuerzo, del trabajo, de las celebraciones. Las normas rituales y religiosas que regulaban la relación entre los fieles y Dios empezaron a colapsar porque Dios mismo estaba fundando otras normas más allá de la religión construida a la medida de las exigencias de sus creadores. Incluso las normas que regían la vida ordinaria aparecieron entonces como obsoletas o desfasadas. </div><div><br></div><div>Hay que reconocer que, en muchos casos, Jesús no tenía intención de subvertir normas, pero sí había que excederlas por otro fundamento: la relación. Así las cosas, se gestaron la condiciones para que el dios mequetrefe elevará su voz encendida de celo porque se le estaba quitando el poder que ejercía sobre el mundo judío: si la mujer es adúltera, se le apedrea; si es sábado no hay milagros; si alguien tiene lepra, vaya a purificarse de acuerdo a las normas; si el marido se cansó de la mujer porque... no cocina bien que le extienda un acta de repudio, y así por el estilo. Pero la refundación de aquel loco de Nazareth estaba poniendo todo de cabeza sólo porque cambió el principio de base: la relación humana como signo de la presencia de Dios. Esto era más fácil de entender y aceptar por sus congeneres que matar a pedradas a una mujer. La ley se reveló como una abstracción que no sólo no regía el orden, sino que ignoraba por completo lo que pasaba en el día a día de las personas. Si había que tener una ley, ésta tenía que brotar de una sabiduría que "supiera" del ser humano, de sus pasiones, de sus esfuerzos, de sus dificultades y de sus grandes expectativas. Por su parte, el dios mequetrefe, asistido por sus secuaces de siempre, debía mostrar porqué era necesario conservar un orden aun a costa de hacerlo por el miedo. De todos los instrumentos que ha tenido y tiene a la mano este dios, el miedo es probablemente el más eficaz para conservar el control. No, no fue culpa de las autoridades judías. En absoluto. El mequetrefe respira a través de nuestras estrategias y necesidades de organización, sin embargo, cuando Jesús construyó una comunidad sobre la base de la regla universal de la relación, el mequetrefe se desvaneció. </div><div><br></div><div>El miedo a los cambios obedece con frecuencia no sólo a un deseo ansioso por controlar, sino al temor de no contentar a una imagen divina que es de temer. Lo unico que puede seguirse de una divinidad tan pobre es el deseo ansioso de ganarse el cielo a fuerza de pura voluntad. Nadie debería creer en un dios que se disgusta porque buscamos hacer el bien en medio de una humanidad rota, pero llamada a salvarse más allá de sus méritos. Pero tampoco nadie debería dar la espalda a un Dios que ha sido el primero en mirarnos cara a cara para levantarnos cuando hizo falta. </div><div><br></div></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-58939812158042192432014-10-03T15:11:00.001-07:002014-10-05T14:09:33.321-07:00El Sínodo de octubre 2014El obispo de Amberes (Bélgica), Monseñor Bonny, ha escrito recientemente un documento a modo de preparación para el Sinodo sobre la familia en el contexto de la evangelización que se celebrará en Roma entre el 5 y el 19 de octubre. Su texto es lúcido, valiente, discreto y, sobre todo, muestra toda la sabiduría del que ha estado involucrado en la pastoral y se ha dejado interpelar por ella. En varios momentos de su presentación narra casos que ha encontrado con frecuencia entre sus feligreses y plantea preguntas muy pertinentes para quienes tienen que transmitir la gracia del evangelio y la esperanza del Reino.<div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Ahora bien, su texto propone una posición que, como la del cardenal Kasper, aboga por escrutar los signos de los tiempos dejando que sea la experiencia de las familias la que hable en el Sínodo. De hecho, si lo recordamos, hace varios meses (noviembre del 2013) el Papa Francisco lanzó un cuestionario sobre el tema de la familia con la finalidad de preparar este Sínodo. A partir de los resultados de esta encuesta una comisión ha elaborado el documento de trabajo <i>Instrumentum</i> <i>laboris</i>. Como se explica en este documento, los temas aparecidos son tan amplios que la temática se ha tenido que dividir en dos. Por lo tanto el trabajo comienza ahora, pero deberá seguir en otra reunión en el 2015. </span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">¿Que puede observarse a partir del <i>Instrumentum</i> <i>laboris? </i>De alguna manera se evidencia una tensión entre la dogmática y la pastoral, es decir entre lo que la Iglesia propone y lo que viven las familias de a pie. El Obispo de Amberes y el Cardenal Kasper lo hacen notar, pero sobre todo lo pone en evidencia el documento de trabajo que han tenido que leer todos los obispos que participan en el Sínodo.</span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">¿Cómo resolver este hiato, esta separación entre dogmática y pastoral, que podría seguir ahondándose en lo sucesivo? Por el momento, entre los obispos (que se reunirán en el Sínodo junto con otros especialistas) hay dos posiciones muy claras: hay quienes proponen reinterpretar la dogmática a la luz de la pastoral (en esta línea se encuentran Bonny y Kasper, por ejemplo) y hay quienes niegan que exista contradicción entre estos dos ámbitos. Entre quienes defienden esta posición se encuentran cinco importantes cardenales de la Iglesia como el cardenal Müller. Ellos acaban de publicar un libro que lleva por título algo así como <i>Permanecer en la verdad de Cristo y comunicón en la Iglesia Católica. </i></span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><i><br></i></span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">Pero esto no es un partido de fútbol, y por lo tanto, no se trata de hacer barra al mejor equipo. Para entender este antagonismo conviene dejar de lado los clásicos esquemas socio-políticos que dividen el mundo eclesial entre progresistas y conservadores. El Cardenal Müller, por ejemplo, ha sido considerado muchas veces como progresista y, sin embargo, escribe un libro que parece oponerse a los progresistas. Este clasico esquema socio-político me parece demasiado rígido para comprender matices que son propios de una realidad institucional como esta. Y sólo quisiera dar tres pistas para acercarse al Sínodo pensando en el antagonismo descrito antes.</span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">En primer lugar, este antagonismo sólo puede ser favorable para permitir el advenimiento del Espiritu. Nada más alejado del Espíritu que una mole monolítica en la que las cosas están resueltas de antemano. La garantía de que habrá discernimiento verdadero es que no haya acuerdo antes de empezar. Lo que hemos leído en estos dias, hace pensar, por lo tanto, que existe un sincero deseo de buscar.</span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">En segundo lugar, este antagonismo aparece por primera vez en el medio de un diálogo que ha comenzado por escuchar a los creyentes de a pie, a aquellos que están envueltos en las exigencias de vivir el evangelio en el día a día de su ser padres y madres. Todos esperamos los frutos de este diálogo. </span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);"><br></span></div><div><span style="text-align: justify; -webkit-text-size-adjust: auto; background-color: rgba(255, 255, 255, 0);">En tercer lugar, este antagonismo no debería suponer un endurecimiento de las posiciones, sino el desarrollo de profundas investigaciones sobre el tema con la ayuda de especialistas laicos y con el soporte de las ciencias humanas (historia, exégesis bíblica y patrística, filosofía, teología y ciencias sociales). Dar opiniones, sin consideraciones de fondo primero, sería una pérdida de tiempo y de la oportunidad que nos da el Papa Francisco. </span></div><div><br></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-18450915007505136512014-09-07T17:11:00.001-07:002014-10-04T19:43:04.126-07:00Elecciones municipales y regionalesEl 5 de octubre próximo se realizarán las elecciones municipales y regionales. Tenemos frente a nosotros una nutrida batería de candidatos con toda la intención de cumplir con su propósito de vencer en estas elecciones. Me imagino que estos días debemos ponderar con seriedad no sólo por quién votar, sino cuál es nuestro rol como ciudadanos. En este sentido, quisiera detenerme en tres puntos que he estado pensando en estos días. Me refieriré a los discursos de los candidatos representados por sus promesas, a los gestos que los traicionan y a sus estrategias que revelan el deseo de poder. <div><br></div><div>1. Las promesas evidencian muchas veces un abuso de la imaginación. Ya hemos escuchado en otras oportunidades los ofrecimientos más alucinantes. Con ellos, evidentemente, sólo se busca persuadir. Pero precisamente por esta razón puede decirse que las propuestas revelan el modo de relación que establecen los candidatos con sus electores. Para muchos de ellos, los electores sólo son el instrumento para ganar. En otras palabras estos candidatos no han pensado en otra cosa que en su propio proyecto; de allí pues el abuso de la imaginación. En el caso opuesto, hay candidatos que reducen su discurso produciendo una especie de minimalismo verbal: sólo obras. Por supuesto que queremos obras, por supuesto que las necesitamos, pero las obras no tienen razón de ser si van al acaso o si carecen de una dirección y sospecho que lo que caracteriza al ser humano es la capacidad de plantearse finalidades y un modo razonable de llegar a ellas. En este sentido, entre la opción en la que la imaginación se desboca para instrumentalizar al elector y la reducción de ésta a su mínina expresión, los candidatos tienen el deber de explicar un proyecto ciudadano. </div><div><br></div><div>2. Los gestos dicen mucho. Aunque no siempre somos conscientes de nuestro lenguaje corporal, decimos y expresamos muchos cosas más allá de las palabras. Un saludo tenso, una sonrisa fingida, una mirada de más, etc. Hace unos días escuché a un candidato decir (sólo lo parafraseo): "voten o no voten por mí, seré el presidente regional". ¡Caramba, qué lucidez! Lo expresado en este caso va más allá de lo dicho. En efecto, supongo, en primer lugar, que la condición para salir electo es que la mayoría vote por un candidato, a menos que se haya pensado en una estrategia, no precisamente legal para ser el ganador. Ahora bien, en segundo lugar, es cierto que lo que quiso expresar este candidato es que se siente seguro del voto de los suyos. Pero claro, su modo de comunicarlo resulta, cuando menos, incómodo para el electorado, por no decir impertinente. Un candidato como este se ha puesto acaso por encima de los suyos. No dice "cuento con ustedes" dice "ustedes son innecesarios". Pero poco importa porque el electorado igual lo premia. No voy a analizar todos los gestos que hemos visto en este proceso, sobretodo porque muchos de los ejemplos que me vienen a la memoria conciernen el caso de Lima. Prefiero decir que deberíamos incluir en nuestro ejercicio de discernimiento para elegir una percepción más aguzada sobre los gestos con los que se expresan los candidatos. </div><div><br></div><div>3. Las estrategias son el ejercicio típico de una guerra. Si bien la política debería desarrollar el arte del buen gobierno centrado en el bien común, en la práctica deviene en la sola administración del poder. Esto hace de la política una amenaza permanente para la democracia sobre todo en nuestro medio ya que, es mi opinión, no tenemos el hábito de ejercer los límites. En este sentido, nuestra democracia suele aparecer como la elemental valoración de libertades ciudadanas. Esta valoración, lejos de fortalecer la democracia, la desintegra en la multitud de demandas particulares. Ahora bien, me parece evidente que hay quienes se esforzarán en debilitar la pertinencia de los límites, a través de la vulgar transgresión, con el fin, consciente o no, de dejarnos expuestos a la voluntad de poder del primero que pase por el camino. La ruptura de los límites hace que busquemos siempre un mesías que resuelva las cosas. </div><div><br></div><div>La política en nuestro país todavía es un peligro. Quizás por eso, aunque en otro contexto, decía el filósofo Levinas que la política es el arte de vencer en la guerra. Y por eso, dejó entender también alguna vez, que la política no era conciliable con la moral. Triste, ¿verdad? Pero, ¿no es lo que vemos cada vez que hay campañas? </div><div><br></div><div>Tanto hemos perdido la noción de los límites que estamos dispuestos a afirmar que un candidato roba, y creyendo tal cosa, sin embargo estamos dispuestos a votar por él porque hace obras. Ningún ciudadano con la certeza de que una persona roba, puede votar por ella a no ser que este elector sea un terrorista. Si los ciudadanos no son capaces de ejercer su ciudadanía poniendo los límites necesarios por el bien de la democracia, ¿no habrán renunciado explícitamente a su propio ejercicio democrático? </div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-61605419436770910792014-08-27T20:31:00.001-07:002014-08-31T10:12:01.255-07:00Usos de la espiritualidadEl 7 de agosto de 1814, el Papa Pío VII hacía pública su bula <i>sollicitudo</i> <i>omnium</i><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif; -webkit-text-size-adjust: auto;"> <i>Ecclesiarum</i> por la que se restauraba la Compañía de Jesús. Hemos celebrado 200 años de la restauración y estos 200 años han supuesto una necesaria evolución y transformación como ocurre con toda institución. Marcada por una fuerte identidad fundacional, la Compañía tuvo necesidad de reinventarse a lo largo de estos dos últimos siglos aunque conservó precisamente la espiritualidad como criterio y finalidad.</span><div><br></div><div><b>1. El nacimiento de la espiritualidad. </b>¿Qué es la espiritualidad? La expresión se ha hecho cada vez más frecuente en una cultura que, como la nuestra, está sedienta de respuestas a sus preguntas de sentido. Preguntas, digámoslo con claridad, que muchas veces yacen latentes en una suerte de inconsciente colectivo que se diversifica en el conjunto de propuestas religiosas, esotéricas, exóticas, o simplemente, nuevas. Alguno podría creer que estas preguntas son siempre las mismas y que somos todos idénticos frente a ellas, pero las preguntas de sentido conciernen a esa irreductible singularidad que cada uno construye, anima, enfrenta y entrega. La pregunta de sentido por excelencia se refiere al deseo. Ella no es: ¿qué es lo que quiero de mi vida?, sino más bien ¿qué es este deseo que sólo vivo y experimento en el abismo de mi interioridad? Es inevitable saberse sólo ante una pregunta de esta envergadura porque me pertenece de modo absoluto. Pero lo que muchas veces ignoramos es que con la pregunta se entrega la trascendencia bajo la forma de aquello que es incomparable y único; pero, sobre todo, invisible.</div><div><br></div><div><b>2. A lo que se refiere la espiritualidad. </b>La espiritualidad se refiere, a decir verdad, a la experiencia del invisible. El ser humano vive para el invisible. Sí pues, la espiritualidad es una situación límite porque nos sitúa en una realidad contradictoria. De un lado, de trata de una experiencia; de otro, se trata del invisible. Sabemos perfectamente que no hay, propiamente hablando, una experiencia que corresponda al invisible, y sin embargo, tenemos certeza de estar frente a él cuando irrumpe en el silencio de la interioridad. ¿Cómo tenemos esta certeza, o mejor, por qué es una certeza? Porque el invisible es el creador de la interioridad; no sólo hace un espacio para habitarlo, lo crea. <br><div><br></div><div><b>3. Lo que propone la espiritualidad. </b>La espiritualidad se ha dedicado a estudiar este itinerario en el que se constata y construye una interioridad, pero en la que la interioridad se halla vacía o se "trabaja" para acceder a un vacío o desasimiento. El correlato interior del invisible es la ausencia. En este sentido, es frecuente encontrar en la mística términos como desasimiento, abandono, vaciamiento o análogos. Una interioridad llena sería el final de la vida espiritual, su colapso o su fracaso. ¿No será, por cierto, una sociedad de consumo o una sociedad dependiente de su instrumentalidad la mejor evidencia del fracaso de toda espiritualidad? La historia de la vida ha mostrado tropiezos, pero no el final de la seducción que provoca en nosotros el invisible.</div><div><br></div><div><b>4. Lo particular de la espiritualidad ignaciana.</b> Finalmente, puedo añadir algo acerca de la espiritualidad ignaciana que he recordado al inicio. La espiritualidad ignaciana es un camino particular para disponerse a la liberación de la interioridad. Este camino nos propone una errancia, un ir y venir de la comtemplación a la acción y de ésta a la primera. Ambas dimensiones componen este lenguaje ignaciano y, en este ir y venir, la interioridad, el fondo del alma, debería acostumbrarse al invisible, acostumbrarse a saborearlo en el cada día de la vida.</div></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-56166667896684449542014-07-26T20:55:00.001-07:002014-08-04T16:34:03.101-07:00Te DeumPensemos en esta acción litúrgica que se repite cada año. Te Deum es la acción litúrgica ofrecida, como lo dice su nombre, para Dios. Es pues una acción de gracias. El Te Deum se ofrece en diversas circunstancias y, en el Perú, se celebra uno por Fiestas Patrias. Este 28 de julio, presidió el acto, el Arzobispo de Lima. <div><br></div><div>Ahora bien, pongámonos un poco filosóficos: una acción de gracias supone, por supuesto, una toma de conciencia previa. No puedo agradecer, sino aquello que reconozco se me ha concedido. Dicho de otro modo, el agradecimiento manifiesta el acto previo de conciencia. Tomar conciencia no consiste simplemente en hacer acopio de cosas en la cabeza. Es, sobre todo, un acto de elaboración crítica en el que releo o releemos la historia en la medida en que nos ha hecho bien. No sé qué tan acostumbrados estemos a tomar conciencia. Y me refiero, por supuesto, no sólo a la descripción de los hechos, sino a componer una narrativa en la que podamos reconocernos. </div><div><br></div><div>La Iglesia acostumbra dar gracias a Dios por su presencia en la historia o, dicho de otro modo, por lo que la historia ofrece y que consideramos un beneficio. Esta idea se opone a la noción fatalista (fatum) que consiste en creer que estamos inmersos en una historia anónima que nos tiene a su merced sin ningún tipo de relación con nosotros. Dar gracias por los hechos que se despliegan delante de nosotros es confiar en que ellos no sólo acontecen, sino que tienen un sentido y que intervenimos en ellos con un deseo de acercarnos a algún tipo de utopía por el cual nos reconocemos. El nombre de la utopía cristiana es el "Reino de Dios". No es un hecho que está delante de nosotros como el mañana en que habrá de salir el sol (aunque en Lima el sol se supone detrás de un cúmulo de nubes). Es un hecho que requiere que la conciencia se forje, se construya y se acostumbre a hacer advenir ese Reino. </div><div><br></div><div>En la Iglesia cada vez estamos más esperanzados en el Papado de Francisco. Es una interesante toma de conciencia que supone un acto permanente de gratitud, pero qué puede hacer Francisco, si no se hace advenir el Reino y si nos permitimos repetir las cosas como si ya estuvieran suficientemente bien. Francisco no es omnipotente. Hace mal que dejemos crecer esta ilusión de omnipotencia a la medida de los niños. Francisco tiene entre manos una institución que no puede cambiar según su antojo. Eso ya ha producido cismas, revueltas y manifestaciones en otros tiempos. El derecho de la Iglesia es además una limitación, acaso necesaria, para frenar la arbitrariedad. Pero, en esta oportunidad, podríamos, por ejemplo, dar gracias porque ha consultado a las conferencias episcopales del mundo un conjunto de temas sobre la familia. Varias conferencias episcopales (Alemania, Francia, Suiza entre otras) han publicado el resultado de sus primeras pesquisas como preparación para un sínodo. El primer balance de estas consultas está allí. Francisco quiere escuchar, está dando la posibilidad de que quienes no tuvieron voz se expresen, los tabúes de ayer caen o se desmontan por el bien de una utopía que no llega sola. Hay que andar en su dirección. A ver si se puede.</div><div><br></div><div> </div><div><br></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-67082189990397422952014-07-19T20:00:00.001-07:002014-07-19T20:00:56.606-07:00¿El fracaso de las religiones?Mosul es la capital de la provincia de Ninive en Irak. El profeta Jonás, de acuerdo a la Santa Escritura, había profetizado que la tierra de Nínive sería arrasada, sino se convertía. La advertencia tuvo su efecto, Nínive se arrepintió y Dios cambió su decisión.<div><br></div><div>Pero de dicha narración, escrita para enseñar la necesidad de convertirse y la misericordia de Dios, pasamos a una realidad sin misericordia que se desarrolla ahora mismo. En estos dias, el Estado islámico (sunita) de Irak estuvo presionando a un puñado de cristianos que todavía vivían allí. Desde el mes de junio en que se instaló este Estado islamico, los cristianos (unos cientos) eran perseguidos. En las puertas de sus casas se escribía una "N" indicando que pertenecían al grupo de los "Nazarenos" y, en algunos casos, se añadía una glosa que indicaba que el inmueble era propiedad del Estado Islámico. El 17 de julio, como lo señalan algunos diarios, las advertencias se convirtieron en amenazas y por altoparpantes se les comunicaba a los cristianos que tenían tres alternativas: </div><div>- Pagar un impuesto ( cosa que resulta impensable para la realidad de estos cristianos empobrecidos)</div><div>- Convertirse al Islam</div><div>- Dejar sus casas en Mosul y dejar la tierra en la que viven sin tomar ningún bien con ellos ya que serían bienes del Estado Islámico.</div><div>De no aceptar ninguna de estas alternativas, serían asesinados por la espada. Hoy sábado al mediodía vencía el plazo y los últimos crisitianos dejaron Mosul. </div><div><br></div><div>Franja de Gaza es tierra Palestina muy cerca de la Tierra Santa mil veces desacralizada. Mientras veíamos el mundial de fútbol, Israel desplegaba toda la tecnología bélica de la que dispone para matar palestinos en respuesta al movimiento terrorista Hamas. Ya hemos visto las imágenes que circulan de los niños palestinos muertos por los misiles israelíes. Nadie niega la violencia de Hamas, pero ¿no es Israel la nación llamada en su Escritura a la paz? ¿Y por qué las naciones esperan que desaparezca la población palestina en lugar de intervenir? </div><div><br></div><div>La religión fracasa en cada uno de estos hechos donde se despliega el poder hegemónico como autojustificación de una razón que no se tiene y que se arranca a la historia a fuerza de lo más sencillo: eliminar al otro, y si es pequeño mejor porque nadie hablará por él ni lo echará de menos.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-26940113300991211402014-07-06T17:01:00.001-07:002014-07-08T18:50:56.051-07:00Sabiduría de pobresHace unos días escuché que Magaly Medina había sido contratada por Frecuencia Latina y que pronto comenzaría un nuevo programa de entretenimiento bajo su batuta. Pensé que podríamos vernos libres de este tipo de programas por un tiempo más largo, pero ya que no ha ocurrido lo que esperaba, quisiera sentir que no soy el único que está en contra de programas que reproducen un sistema liberal de consumo para conservarnos en este estado de infancia o adolescencia. La televisión en el Perú me da pena. No entiendo cómo puede parecernos normal que desfilen por la televisión u otros medios de comunicación capítulos de la vida personal de seres humanos. Falta decoro, discreción, dignidad. ¿Cuándo será tiempo de poner en cuestión la ideología de la libertad de expresión? Si no somos capaces de poner límites a este mal entendido ejercicio de la libertad retrasaremos por mucho más tiempo la elaboración de una cultura ciudadana, la construcción de una nación que se reconozca no sólo por comer rico y bastante.<div><br><div>Por el bien del Estado hay que reconocer que éste se ha mostrado poco eficiente en la regulación de programas de esta índole. Y hasta podría alguno pensar que es normal no regular a los medios de comunicación porque tienen libertad y porque, en parte, se basan en la libertad de elección del consumidor. Sabe Dios si el consumidor puede realmente elegir porque, después de todo, ¿quiénes pueden escoger? Pues bien, las mismas personas que han decidido contentarse, y hace mucho, con lo que se les ofrece, y por lo tanto, lo consumen de buen agrado: un poco de violencia por aquí, otro poco de sensasionalismo por allá, una pizca de sensiblería y muchas imágenes lo suficientemente capaces de exacerbar la emotividad que nos habita. Son las mismas personas que el modelo de cultura que nos rodea les impide tener un resquicio de espacio para hacerse de su libertad. No creamos, pues, que las personas cambiarán el canal si antes no han tenido oportunidad de formarse y este es el reclamo que legítimamente debemos dirigir a los medios de comunicación que han preferido vender ante todo.</div><div><br></div><div>Escoger supone una distancia con los objetos sobre los que se debe tomar una decisión. Pero los medios se han puesto al servicio de un sistema que funciona por saturación, es decir su tarea consiste, en muchos casos, en impedir que los potenciales consumidores tengan espacio o tiempo para distanciarse o para tomar otro camino. De esta manera, sospecho que podremos tener la sensación de que tanto más consumimos, tanto más necesitamos consumir más. Pero no todos consumen, cierto. El modelo económico que nos gobierna globalmente ha puesto del otro lado a quienes no le son útiles y allí están los marginales, los pobres, los impuros de la sociedad que se caracterizan por no poder decidir, por no poder consumir. Ellos no pueden consumir ni elegir como aquellos que están dentro; cierto, el modelo liberal los ha puesto fuera pero, precisamente por esta razón son también quienes podrán interrogar desde esta posición a quienes caigan bajo el espejismo del consumo de enlatados para no ver lo real. ¿No será acaso posible pensar en una sabiduría a prueba de enlatados, a prueba del consumo exagerado que solapa el hecho real de estar tocados por la contingencia y por la fragilidad? </div><div><br></div><div>A esta situación de excepción la podemos llamar sabiduría de pobres no sólo porque están fuera. Creo que reciben la vida en su exposicion y en su fragilidad. No creo que tengamos que oponernos a los programas de entretenimiento, ni a lo que la vida puede ofrecernos como ocio. Imagínense, ¿qué estaría diciendo si afirmara tal cosa? El punto está en no permitirnos el facilismo de consumir todo lo que aparece y en no pensar que simplemente está bien cualquier cosa so pretexto de que podemos no tomarlo. </div><div><br></div><div><br></div></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-28209181049241081742014-06-23T08:01:00.001-07:002014-06-24T09:58:37.251-07:00¿El medioevo como aspiración?En este caso, me referiré a la columna de Pedro Salinas, aparecida en el diario La República el 22 de julio, titulada "el medioevo como aspiración". <div><br></div><div>Aparentemente lo que se defiende es la necesidad de avanzar democráticamente hacia la aprobación del proyecto ley en favor de la unión civil. El argumento, que he tenido que sacar entre líneas, es que debe haber igualdad de todas las personas frente a la justicia. Hay que reconocer que es un loable ejercicio y con el cual difícilmente se puede estar en desacuerdo. Pero el problema es que el autor nos distrae con argumentos subalternos que, incluso, hacen olvidar lo que aparecía como central. En estos argumentos que he llamado subalternos me he encontrado con un tejido de falacias.</div><div><br></div><div>Una falacia es un razonamiento que parece válido, pero que, estudiado de cerca, revela que hace agua y que carece de un ordenamiento lógico. En política y en algunos medios de comunicación se recurre a falacias con el objetivo de obtener un fin subalterno. Por lo tanto, manipulan, confunden, o incluso, engañan. </div><div><br></div><div>Pedro Salinas comienza por citar una frase de Mar Marcos en la cual ella sostiene: "la importancia de la herejía en el cristianismo, a diferencia de otras religiones, como el judaísmo o el Islam, se debe en gran medida a la idea de comunidad". No sabemos de donde salió la cita, no conocemos el contexto, y por supuesto, tampoco el libro. ¿Se habrá extraido la cita del libro de la autora titulado <i>Herejes en la historia</i>? Es posible que sí, por ahora esto es secundario. Entretanto me pregunto ¿esta falta de rigor periodístico que supone que debemos exonerarlo de la exigencia de precisión con el uso de sus fuentes es un derecho, es un privilegio? No veo porqué tendría que ser así, sobre todo cuando el Señor Salinas sostiene, a partir de la cita, que la comunidad cristiana es un todo o un bloque que renuncia a su espírtiu crítico. Habría que subrayar que esta conclusión es severa y probablemente demasiado general. Termina el párrafo sosteniendo que el cristiano forma parte de un pensamiento único e indivisible y <span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">que la disensión es imposible. </span></div><div><br></div><div>Esta falacia se llama <i>ad</i> <i>verecundiam </i>y consiste en hacer uso de una autoridad para validar una cosa que no guarda relación alguna con lo que aquella decía. Es el caso que Pedro Salinas ilustra muy bien con su columna del domingo último. Cita a Mar Marcos hablando de la herejías para explicar luego que el cristianismo es una comunidad monolítica que suprime al individuo. Dudo mucho de que sea lo que quería decir Mar Marcos, dudo también de que sea la orientación de sus tesis y eso no es banal porque subrepticiamente la autora parece decir algo que nunca imaginó. </div><div><br></div><div>La comunidad es, efectivamente, esencial a las religiones. Ahora bien, aun cuando exista una comunidad, ésta no suprime la singularidad. La teología cristiana tuvo desde sus orígenes la idea de conservar la unidad en la diversidad. Podemos recordar a este respecto la metáfora del cuerpo y sus miembros que desarrolla San Pablo (1 Cor. 10, 15-17). Y esto no niega una realidad en la que pueden aparecer facciones militantes cuyo <i>modus</i> <i>operandi</i> sea la supresión de la singularidad. De acuerdo. Estamos enterados de estas realidades, pero cada vez estoy más persuadido de que éstas no han sido fruto de una experiencia religiosa, ni espiritual. Si hay algo que han descubierto los grandes espirituales, y no me refiero sólo a los cristianos, es que la experiencia espiritual nos singulariza, hace que emerja en su belleza y contundencia el único que soy y que se encuentra en relación con Dios, la transcendencia, el infinito, el amor. En esta relación aparece mi propia vida. Por lo tanto, una vida que decide aniquilar su individualidad so pretexto de ser parte de una comunidad, ha salido de la relación que lo singulariza. </div><div><br></div><div>La siguiente parte de la columna desarrolla con mucha precisión lo que se ha llamado falacia <i>ad hominem</i>. El argumento consiste en denigrar o criticar a las personas. Esto es precisamente lo que desarrolla el Señor Salinas. Me parece que el tener la oportunidad de publicar un artículo semanal en un diario no es excusa para cargar de adjetivos a quienes no están de acuerdo con su postura. Los diarios no deberían ser este tipo de instrumento. El recurso a esta falacia revela, no necesariamente la incapacidad para formular buenos argumentos, pero sí la falta de meditación y ponderación; elementos vitales para que haya una democracia. Sin la meditación no seré capaz de encontrar un argumento singular y estaré tentado a patear el tablero o a repetir argumentos trillados o, lo que es peor, a insultar al que piensa diferente. Incluso si lo que estoy tratando de defender es el respeto de la diferencia. Grande debe ser la paradoja del articulísta que defiende el respeto a la diferencia deshaciendo la diferencia que se asoma frente a él. </div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-89817045523489349102014-06-15T16:32:00.001-07:002014-06-16T07:13:59.721-07:00No habrá paz, sin paz entre religionesUna de las líneas de la política vaticana que el Papa Francisco ha introducido es la de propiciar encuentros entre los líderes de las diferentes religiones, especialmente entre las tres religiones monoteístas. Esto no es fruto del azar, sino de una intención y de una toma de conciencia que no puede producirse sin asumir una responsabilidad. Las religiones pueden ser parte de la respuesta a la violencia. <div><br></div><div>Este argumento tiene que fundamentarse especialmente cuando hoy se habla de secularidad. En efecto, vivimos tiempos de secularidad, esto supone que, desde lo ocurrido en Europa occidental, tendemos a decir que la religión y la política se fueron separando progresivamente hasta aceptar la autonomía de la política frente a la religión. Pero seamos sinceros, esta autonomía no es un hecho absoluto. En general, la secularidad consiste en que las religiones han perdido su exclusividad en la organización de las sociedades. La invencion del Estado desplazó a las religiones porque, desde que este apareció, ha sido posible imaginar un colectivo social que se da a sí mismo sus explicaciones y su organización. Cierto, las religiones ceden parte de sus funciones a los Estados, pero esto no quiere decir que las religiones se hayan extinguido: han mutado. Por supuesto, sigo pensando en religiones que están especialmente relacionadas al Occidente y a su influyo mundial. En otras palabras, no ignoro que el Islam persevera en su propósito por organizar la vida civil en los lugares donde ella existe. </div><div><br></div><div>Ahora bien, el modo como entendemos la secularidad en Occidente ofrece una dificultad cuando a partir de un hecho se deduce un principio. El hecho es que la religión ya no organiza la vida pública como podía haber ocurrido hace algunas décadas. Ese hecho está frente a nosotros y no merece la pena que nos opongamos a él: <i>Contra facta non valent argumenta</i> ("contra los hechos no caben argumentos"). Pero deducir de ello, un principio según el cual la religión y la política <b>deberían</b> separarse es una ingenuidad. En primer lugar, porque es un imposible. Es cierto que uno puede concebir una separación entre instituciones: Iglesia, Estado, etc., y quizás sea recomendable, pero la política y la religión son dimensiones que forman parte de nuestra forma de estar en la vida, y por lo tanto, tenderán a entremezclarse. Y puesto que son dos dimensiones que son, a la vez, privadas y públicas habrá entre ellas muchas relaciones, e incluso, interferencias. En algunos casos, sólo habrá interferencias, por cierto. Pero no nos ocupemos de estas ahora.</div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Es una ingenuidad, en segundo lugar, porque se olvida el modo en que se desarrolla un ser humano articulando sus diferentes dimensiones y, en tercer lugar, porque, nunca antes como hoy, la globalización ha hecho tan palpable que, sin resolver los problemas entre religiones, ningún mundo político será posible. Lo que hizo la secularidad no es desaparecer las religiones. No creo que esto pueda ocurrir. Más bien, por la secularidad, las religiones se han insertado en el seno de los sistemas democráticos y como cualquier ciudadano o institución, podrán hacer uso de su derecho cívico para participar ya no como poseedoras de la verdad sobre el mundo, sino como instituciones que animan y aportan una tradición. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">La secularidad es un hecho. Nos ha conducido a ver cómo la religiones cedieron, paulatinamente, la administración del poder a los Estados. Sin embargo, ellas no han quedado al margen porque les corresponderá asumir su parte de responsabilidad en la estructuración de una paz durable. Este es su rol en medio de la sociedad democrática. Desde esta responsabilidad podrá juzgar moralmente a la historia y a la política. Renunciar a su responsabilidad le haría perder su posición propia en la democracia, le impediria hacer cualquier juicio moral sobre la historia. Todo lo contrario ocurriría: las religiones sucumbirían bajo el juicio que no estuvieron a la altura de ofrecer. Tal vez podemos adivinar esta pregunta final: ¿y por que las religiones podrían hacer un juicio moral de la política? Porque las religiones son el otro de la política. La política surgió frente a las religiones y no puede justificarse a sí misma porque validaría precisamente lo que no queremos: la violencia. Y tal vez habría que pensar si no será el sistema democrático el que haga que, a su vez, las religiones no se desborden en contra de la paz. </span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-32445463016720479502014-06-08T18:23:00.001-07:002014-06-08T21:12:59.853-07:00Los lobos que acechan al PapaUn conocido vaticanista italiano, Mario Politi, decía en una entrevista (disponible en "Religión digital") que "los lobos acechan la revolución pacífica que el Papa Francisco emprendió y usan su personalidad latinoamericana como arma para desprestigiarlo". Esta opinión podría tener razón de ser al provenir de una persona que, se puede decir, está informada. Pero hagamos un análisis. Quiero, en primer lugar, mostrar que hay, efectivamente, una revolución en proceso; en segundo lugar, insistiré en que una revolución como la que encabeza el Papa no constituye una amenaza; finalmente, explicaré a qué podría obeceder una resistencia ultraconservadora.<div><br><div>1. Hay una revolución en proceso; la hemos visto constituirse y poco a poco vemos cómo se despliega. El Papa Francisco no hace ruido. Instaura gestos con profundo sentido simbólico. Algún periodista un tanto pesimista dejaba entender que este Papa sólo sonreía, pero no es así. De los distintos gestos que hemos visto, los que más llaman la atención son aquellos que muestran la urgencia de abrir, una vez más, la Iglesia al mundo, es decir Iglesia puede dejar caer los juicios morales sobre las personas. Este gesto evangélico es central porque sólo puede haber diálogo cuando se suspenden los juicios morales que pesan sobre los demás. Este dispositivo, es mucho más que una sonrisa; es lo que el concilio había propuesto como el modo propio de la Iglesia de estar en el mundo. Con el Papa Francisco estamos reencontrando un estilo propuesto por el último concilio, pero no hay vuelta atrás; esta revolución está produciendo una conciencia nueva, una identidad nueva, una esperanza nueva entre creyentes en un Dios que está por encima de las diferencias culturales y religiosas.</div></div><div><br></div><div>2. <span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"> Esta revolución no es una amenaza. </span><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">Una revolución supone poner en cuestión un <i>statu</i> <i>quo</i>. Tengo ganas de decir que el Papa Francisco está cuestionando una forma de vivir en automático. Y es que en efecto, pienso que la Iglesia se acostumbró a hacer vivir un sistema que caminaba al lado de la historia y del mundo. Cuando digo "al lado" quiero decir que caminaba en una línea paralela sin mayor posibilidad de encuentro. La Iglesia, más que cualquier institución, sabe que el mejor modo de conservarse como interlocutor válido del mundo, de su historia y de su política es poniendo en cuestión sus propios olvidos o negligencias con respecto al evangelio que profesa. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">En este sentido, San Juan XXIII, poco antes del concilio Vaticano II, hablaba de una Iglesia pobre y de los pobres como lo ha hecho, con insistencia, el Papa Francisco. ¿Qué hay en la pobreza que pueda ser relevante? Carencia, abandono, testimonio. Ella es la condición que hace posible esta revolución. En primer lugar porque hace mirar en dirección de la única posesión relevante: Dios. En segundo lugar porque recuerda una comunión con el género humano más allá de todas las cosas que le ponemos encima. De esta pobreza emerge algo nuevo: fraternidad. En tercer lugar porque nos hace descubrir que no nos debemos a nada de lo que tenemos. La pobreza engendra nuestra libertad. ¿Por qué temer a una revolución de este tipo? Estas tres razones (sólo ejemplos) ¿no son acaso las piedras de toque de un reino, de esta utopía que cualquiera en su sano juicio querría?</span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">3. Estoy de acuerdo, hay fuerzas ultraconservadoras que están en campaña y si no las miramos cara a cara se escurrirán por nuestra espalda para frenar cualquier cosa que sepa a novedad. Las palabras de Jesús en el Apocalipsis ("hago todas las cosas nuevas") son demasiado grandes. Marcel Gauchet, estudioso francés de los procesos de constitución de las democracias modernas, explica con lucidez cómo se articulaban religión y política y en qué ha devenido esta relación. La religión fue un principio estructurante de la sociedad. Ya no lo es porque la sociedad civil tiene otros modos de organización. El Estado cumple funciones que antes cumplían las religiones. Pero en esta distinción, Gauchet no sólo reconoce que el Estado ha tomado la posta de la función religiosa. El subraya que las religiones descansan sobre algo anterior, sobre un pasado inmemorial y su procedimiento consiste en asegurar la permanencia de dicho pasado. La sociedad civil reunida en torno al Estado, en cambio, una vez que adquirió su autonomía, se puso a mirar hacia el futuro. </span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;"><br></span></div><div><span style="font-family: 'Helvetica Neue Light', HelveticaNeue-Light, helvetica, arial, sans-serif;">El ultraconservadurismo vive de un concepto de religión que no está a la medida del adulto porque se ha dejado atar por un pasado no reflexionado como ocurría en las religiones de carácter mágico. No creo que la religión sea mágica. Nuestra religión, como la mayor parte de ellas, lo fue en algún momento, pero las bases de la religión cristiana no están en un pasado inmemorial, sino en un futuro que nos llama desde hace mucho. Aun cuando haya quienes temen toda novedad porque han perdido la esperanza en la vida, no deberíamos dejarnos engañar, ni contagiar ese desánimo; y menos aún deberíamos olvidar que podemos mirar a la vez al futuro, como una sociedad civil autónoma, y conservar la necesaria dosis de animación espiritual. La Iglesia tiene y tendrá un espacio en las sociedades civiles contempoaráneas y en la constitucion de las democracias si sabe revisar sus instrumentos para interpelar al mundo. </span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-3340505433973031682014-06-01T18:19:00.001-07:002014-06-01T19:23:39.704-07:00A propósito de los Medios de comunicaciónEn la entrevista emitida por "Panorama" este domingo, el presidente de la República hacía un llamado a la confianza frente a la situación de inseguridad. Hizo un llamado a los medios de comunicación, como ya lo había hecho antes, para que no se difundan sólo noticias policiales. La periodista Cuevas interrumpió de inmediato para decir que esas son las noticias justificando de este modo el hecho de que se difundan tantas informaciones policiales.<div>Cierto, hay noticias que reflejan lo que ocurre en la calle, pero las noticias no son simplemente las noticias. Ya hace mucho hemos superado nuestra original ingenuidad frente a las "noticias" y todos sabemos que ellas son producidas de acuerdo a una tesis que se defiende o que se pretende reforzar. </div><div>Bien harían los medios de comunicación en reconocer sus presupuestos porque sólo entonces podrán hacer una verdadera crítica de su función y podrán dar un servicio de calidad como ahora no lo hacen. Los medios de comunicación realizan una función pública, pero olvidan que su función tambien debe ser social. Me explico. Hace ya tiempo he dejado de ver los noticieros de las diez de la noche porque se dedican a exacerbar la sensibilidad. Mi única hipótesis para entender porqué nos llenan de noticias de vida privada y policial es que quieren vender más. Qué lástima. </div><div>Los medios tienen una función social a la que han renunciado quizás porque lo ignoran. Una función social supone no sólo traducir lo privado y particular en público. La función social supone pensar en el bien común. Es decir, ¿esta noticia es relevante para el colectivo? ¿Permitirá realmente informar y construir una opinión pública? ¿Ayudará esta noticia a construir un colectivo?</div><div>Probablemente no soy exhaustivo, ni lo pretendo, pero éstas sólo son algunas preguntas que un comunicador podría hacerse antes de hacer aparecer en la televisión o en los medios algo que espera vender. </div><div><br></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-47118131938093685682014-05-25T09:51:00.001-07:002014-05-25T15:29:18.899-07:00El gran daño de la religiónAcabo de leer la columna con el mismo título del 23 de mayo de Claudia Cisneros. Creo que hay algunas imprecisiones en esta columna y me gustaría comentarlas. En primer lugar, la religión es identificada con la práctica de algunos creyentes en el contexto del debate del proyecto de ley en favor de la unión civil. De esta circunstancia que, evidentemente merece toda atención, y por supuesto, una resolución que beneficie al bien común, se deduce que la religión es nefasta porque impide pensar. Este razonamiento no se sigue aún cuando se presente un caso tan delicado como el que tenemos entre manos y frente al cual algunos creyentes han mostrado su intolerancia. Además, puede incluso resultar una manipulación de la sensibilidad el recurrir a una situacion como la presente para concluir que la religión es dañina. Quiero decir que no sólo la conclusión es inadecuadamente deducida, sino que es oportunista y nos distrae. <div>Si lo que se quiere cuestionar es la función de la religión en un contexto democrático, que se ponga en evidencia la fragilidad de los argumentos como puede ser el recurrir a citas bíblicas que no vienen al caso para oponerse a la unión civil. Yo mismo estaré de acuerdo con críticas de este tipo. Pero habría que cuidar el no hacer una reducción del fenómeno religioso como respuesta al hecho de que algunos creyentes tengan una visión estrecha de la realidad y de su propia fe.<div>Las religiones, es verdad, han inspirado fundamentalismos. Y aunque este fenómeno sea común a las diferentes religiones que circulan en el mundo, el fundamentalismo es inherente al ser humano y no a la religión. Por lo tanto, la limitación para pensar con espíritu crítico y libre es una característica del ser humano habitado por pasiones sobre las cuales no sabe cómo proceder. Decir con tanta simplicidad que la religion "mutila despiadadamente" las mentes de los seres humanos es precipitado y, por lo tanto, no ayuda a ver con realismo el problema de un género humano que no siempre esta a la altura del discernimiento necesario de sus afectos y sus pasiones. En este sentido, aunque no lo haya sostenido Claudia Cisneros, no es, pues, cierto que todas las intolerancias de la historia se deban a alguna religión. </div><div>La religión también ha cumplido una función de animación espiritual y de juicio moral de la historia. Sobre esto no voy a ocuparme ahora, pero lo subrayo porque argumentar en contra de la religion, o de cualquier hecho que forme parte de la vida de la comunidad, merece una mayor precisión. Hacer lo contrario equivaldrá a negar un hecho que está también frente a nosotros.</div><div>Pero en la columna que he leído, lo que me parece más difícil de sostener es esta especie de libertad en el nombre de la libertad. Claudia Cisneros comienza argumentando desde una perspectiva moral la incapacidad de la religión como modelo de conducta y luego, en un giro sorpresivo de carácter ontológico, defiende la libertad como "ejercicio de individualidad que contribuye más a la universalidad que la pretendida por el pastor y sus ovejas". No veo cómo. ¿Cuáles son las mediaciones sociales a través de las cuales pensar por sí mismo contribuye a la universalidad? ¿Cómo defender la libertad sin pensar en sus condiciones de posibilidad? Una cosa es ser auténtico y estoy muy de acuerdo con abonar argumentos a su favor; otra muy distinta es pretender pensar como si el mundo hubiese comenzado conmigo. Hasta la filosofía más banal reconocerá que la libertad es siempre contextualizada porque obedece a un ejercicio aprendido en una sociedad. Al rechazar tan polarizadamente la religión, acaso la primera forma de socialización, parece desaparecer frente a nosotros toda dimensión comunitaria como si el ser humano dependiese de sí y sólo de sí. En otras palabras, la sociedad no es el enemigo del individuo, sino quien lo acoge y lo incorpora a un modo de vida. Mutatis mutandi, la religión es también una expresión de la dimensión social y comunitaria del ser humano. Lo lamentable es que en nombre de una religión, cualquiera sea ésta, se practiquen conductas que atentan contra el bien común. Pero en el Perú no se practica ninguna religión. Se conoce mayoritariamente el catolicismo, pero de allí a decir que es una religión practicada estamos bien lejos. </div></div><div><br></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-73968904279374996942014-05-17T07:41:00.001-07:002014-05-18T07:20:12.006-07:00La verdad refrescaNo es una publicidad a Sprite, pero el slogan me hizo pensar en algo que no tiene nada que ver con la gaseosa ni con su consumo. Pensé en la frase evangélica, y específicamente joánica, que dice "la verdad los hará libres". El evangelio asigna una función a la verdad no sólo en el resultado, sino en el proceso. Quiero decir que la verdad importa tanto para la conseguir la libertad como para el proceso de liberación. Es pues una digna función.<div><br></div><div>Pero aquí tenemos un problema. La sociedad habla del valor de la verdad como si ésta sólo consistiese en tener el coraje de exhibir públicamente la vida privada. Y no sólo la propia, por cierto, sino también la de los otros que por desgracia aparecieron en el camino del ocasional testigo. En la hermenéutica bíblica, éste sería un falso testigo y un falso testimonio porque no persiguen el bien común. La verdad en el universo judeo-cristiano no es un concepto aprendido como aprendemos una fórmula matemática, la belleza de una obra de literatura o un concepto. La verdad sería más bien un ejercicio comunitario a través del cual se construye el bien común. Sí, la verdad en el contexto judeo-cristiano es un ejercicio cívico y ciudadano a través del cual la historia se acerca más de una noción ideal de sociedad. Por eso, la verdad apareció pronto como una relación. Pero ¿en qué consiste este ejercicio?</div><div><br></div><div>Pienso que este ejercicio es una disciplina espiritual. Es disciplina porque reclama que dirijamos nuestra energía vital hacia la construcción de una fraternidad universal. Y es espiritual porque debe estar desasida de todo ego que traicionaría al bien común. Esta verdad libera, pero está tan lejos de nosotros como el proyecto ideal de una ciudad lo está de nuestra realidad. Con esto no quiero decir que la verdad sea irrealizable; sólo estoy explicando que ella es una conquista, cierto, pero no sólo personal. Tomar conciencia de las implicancias de la verdad y saber que todos participamos en la construcción de la misma podría hacer cambiar nuestra manera de estar en la vida. Si me dedico a defender "mi verdad" no estoy defendiendo nada, sólo trato de justificarme. ¿Y por qué justificarme? Porque estamos expuestos y nos sabemos frágiles. Frente al riesgo de sólo justificarnos tenemos que aprender a conversar con la idea de hacer más divertida esta conversación y esto ocurrirá si tomamos en cuenta que podamos llegar a acuerdos. Otra conversación sería perder el tiempo y aburrirse.</div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-8681486507076610172014-05-10T18:13:00.001-07:002014-05-10T18:17:58.464-07:00La Iglesia frente al juicio de la historiaEn días pasados, el Papa Francisco canonizó a los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. En términos generales, la Iglesia ha celebrado este acto con el cual se nos ofrecen dos figuras que, cada cual a su modo, contribuyeron con la Iglesia. <div><br></div><div>Lo cierto es que este gesto del Papa, junto con otros que están caracterizando su pontificado, son una invitación a pensar en qué deviene esta institución tan antigua, arraigada en la cultura y tan cuestionada últimamente. Cuando hace un par de meses recordaban los medios de comunicación el primer año del Pontificado del Papa Francisco, leí en un diario local una columna en la que se sostenía poco menos que este Papa no había hecho nada sino sonreir. Me parece que este es un juicio tan severo como alejado de la realidad. </div><div><br></div><div>El Papa Francisco ha puesto en marcha un conjunto de dispositivos cuyos resultados todavía no estamos en condiciones de evaluar, pero no me cabe duda que hay un aire nuevo que puede poner las condiciones para volver a abrir a la Iglesia al mundo y éste a aquella como ocurrió en el Concilio Vaticano II. Al mismo tiempo, hay gestos frente a los cuales no podemos sentirnos indiferentes. Los gestos, apreciados en el contexto de la comunidad que se dice creyente, son una interpelación permanente y una invitación a reconocer qué tan lejos podemos haber puesto de nuestra práctica cotidiana la fe en los evangelios donde, una y otra vez, se nos ponen delante los marginados, los últimos o, como se les llama también, los insignificantes. Por supuesto, son los insignificantes para una cultura que ha creado un sistema en el que todas sus operaciones traen consecuencias de las que no es capaz de hacerse cargo. </div><div><br></div><div>Pero ¿en qué deviene la Iglesia? Negar el hecho de una crisis en la Iglesia sería tapar el sol con un dedo. La crisis es un resultado histórico en el que pueden distinguirse diferentes causales. Quizás la más dramática y menos explorada es la que resulta como consecuencia de un Concilio nunca suficientemente ponderado y casi siempre poco o mal leído. La intuición que tuvo Juan XXIII al convocar el Concilio fue la de crear condiciones de apertura. La Iglesia podía entonces dejar de ser el otro antagónico del "mundo" que se ubicaba siempre frente a él y ponía las condiciones para estar en el mundo animándolo desde su interior. Pero esto suponía re-pensar la Iglesia y la Iglesia necesitaba este tiempo para ella. El extenso pontificado de Juan Pablo II tuvo otras prioridades, acaso no menos importantes, pero la exigencia del Concilio, es decir pensar la institucionalidad de la Iglesia, quedó como una tarea siempre pendiente. Tarde o temprano, el juicio de la historia debía pasarnos su factura. América Latina despertó en aquel tiempo posconciliar todo su entusiasmo e inició una tarea inspirada en el Concilio, pero sus esfuerzos no fueron comprendidos simplemente porque sus intuiciones habían quedado desfasadas en medio de una nueva gestión eclesial.</div><div><br></div><div>Ser lo que la Iglesia es, quiero decir, una institución que busca actualizar el evangelio (sin haber negado jamás sus limitaciones) ha devenido en una dificultad. Ella debe ser mediación, pero su conciencia propia puede, en algunos casos, hacerla impedimento. Ella fue siempre una institución de seres humanos, pero hoy ha dejado que la mundaneidad sea parte suya. No pretendo satanizar al mundo. Todo lo contrario. La Iglesia sólo se salvará si el mundo se salva con ella, pero la mundaneidad es este conjunto de decisiones que ya no se disciernen y que provocan que la Iglesia ceda ante el poder como dominio, la pobreza como pretexto o la castidad como solipsismo.</div><div><br></div><div>Los gestos del Papa Francisco nos invitan a pensar en la Iglesia. El ha canonizado a dos papas que, entre sí, sólo tienen en común el carisma y el amor por la Iglesia. Se han canonizado dos formas de estar en la Iglesia, pero que nadie crea que fueron perfectos o que sus políticas ecclesiales lo fueron. El santo es el primero en reconocer sus faltas y tal vez podamos tener conciencia de otras, pero este momento de la historia llama a ponerse en movimiento. Tenemos tarea pendiente que no debería seguir esperando.</div><div><br></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-15517769724224110112012-05-14T20:55:00.000-07:002012-05-14T21:24:18.654-07:00A propósito del P. Gastón Garatea<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Una de las
cosas que más aprecio de la filosofía de Emmanuel
Levinas es su forma de leer un texto. Levinas solía exponerse a la aspereza de
la letra para arrancarle su sentido. Su esfuerzo fue recompensado porque no fue un literalista (ese defecto pseudo-hermenéutico que se sigue de la
literalidad). Se acercaba tanto de los textos que lograba poner al descubierto
lo que los inspiraba. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Pero ¿cómo es
posible hacer este ejercicio de interpretación que la filosofía llamará “hermenéutica”?
Sin duda, hay que estudiar las condiciones del texto. Para mostrar el interés que
tenía el <b>estudio</b> para Levinas, una persona cercana al filósofo me contaba una
anécdota muy ilustrativa. Levinas era un judío muy observante. Nunca faltaba
cuando la comunidad judía se reunía para la oración semanal, pero se
descomponía cuando el rabino usaba más tiempo del debido en la oración en
detrimento del tiempo para el estudio. Simplemente no lo soportaba. Aunque el
ejercicio de la razón pueda ser “luciferiano” por orgullo, soberbia o
autosuficiencia, el estudio fue para Levinas fundamental. Cada texto religioso
requería un trabajo acucioso para desentrañar el sentido que se escapaba entre
los intersticios de las letras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Los textos
religiosos constituyen en las religiones una dimensión positiva. Quiero decir
que, junto con la experiencia de lo sagrado, los textos son un hecho sobre el
que las religiones emergen y se estructuran. Y esto es realidad no sólo para
las religiones del Libro (Judaísmo, Cristianismo e Islam), sino para todas.
Ahora bien, si seguimos acercando el zoom, podríamos decir que la Iglesia
Católica posee una realidad institucional compleja porque descansa no sólo
sobre la Biblia, sino sobre lo que la Biblia ha suscitado en su historia. Me
refiero pues a un ejercicio de memoria institucional en el que intervienen
tradición y magisterio. Frente a esto, hay un tema teológico de fondo y es
éste: cómo es posible que el magisterio invente y haga crecer a la Iglesia
conservando su fidelidad al Libro. Y cómo hacerlo sin ahogar al Espíritu que
sopla entre las letras del Texto. Las epístolas de San Pablo o los Hechos de
los Apóstoles constituyen una excelente manifestación del modo como se
disciernen nuevos rumbos desafiando sobre todo a las mentalidades del tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-PE" style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">Hoy más que
nunca hace falta que la Iglesia se haga ilustrada, que se tome el tiempo para
leer y escrutar lo que dicen los textos, que haga hermenéutica; de esa
hermenéutica que es actual porque hace de la historia su lenguaje corriente. Así
se mantendrá viva la esperanza en que el Espíritu inspirará a cuantos se acerquen
al Libro. </span><br />
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;"><br /></span><br />
<span style="font-size: 14pt; line-height: 115%;">La Iglesia de
todos los bautizados tiene que aceptar pensarse y volver incansablemente al trabajo
de interpretar el Libro. El Libro da a la Iglesia su sentido último porque nos
congrega, esto quiere decir que su contenido no estará en ningún caso contenido
en la cabeza de ninguno de nosotros. Si lo leyéramos juntos, el Espíritu
seguiría profetizando hasta en nuestras decisiones más cotidianas: “Tomé el
libro de la mano del ángel y lo comí. Y resultó dulce como la miel en mi boca,
pero cuando lo tragué, se llenaron mis entrañas de amargor. Y alguien me dijo:
tienes aún que profetizar…” (Ap 10,10).</span></div>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-10411505858821616312011-10-29T09:02:00.000-07:002011-10-29T09:05:33.640-07:00Fragmento de una homilía de Gregorio de Nisa<p class="MsoBodyText" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span class="Apple-style-span" >Lo que la fe cree que está por encima de todo está también ciertamente por encima del discurso. Aquel que intenta comprender lo Infinito a través del discurso ya no lo considera como si estuviera más allá de todo; éste lo asalta a través de su discurso imaginando que lo Infinito es tal que su discurso es capaz de explicarlo cuantitativamente y cualitativamente... Este es el Bien que hemos aprendido a “buscar” y a “respetar”, respecto del cual se nos aconseja estar fijados y atados, está por encima de lo que aprendemos porque está por encima de la creación. ¿Cómo podría nuestro pensamiento, que camina en el espacio del intervalo, cómo podría asir la naturaleza que no puede comprenderse en el intervalo? El pensamiento avanza con el tiempo escrutando sin cesar analíticamente sus descubrimientos más antiguos. El recorre con atención todo lo que es conocido, pero para recorrer el pensamiento de eternidad no encuentra ningún medio que le permita mantenerse fuera de sí mismo ni de establecerse por encima de la duración de los seres que él ha contemplado primero. Esto es como el caso de aquel que se encuentra en la cima de una montaña: supongamos que tenga por debajo una roca lisa y cortada a pico que se extienda hacia abajo sobre una longitud infinita, con una forma derecha y firme, y que en lo alto tenga en su cima a esta punta que con la entrada de la roca escarpada se inclina hacia el inmenso abismo; el sentimiento natural de aquel que al filo del precipicio siente que la roca se inclina hacia el abismo y que no encuentra ningún soporte para su pie y ningún asidero para su mano, es a mi parecer el sentimiento que experimenta el alma que sobrepasando lo que es accesible por los conceptos propios al intervalo buscar la naturaleza que ha precedido al tiempo y que no es comprendida en el intervalo. No habiendo nada que tomar, ni lugar, ni medida, ni ninguna otra cosa que sea capaz de recibir el proceso de nuestro pensar sino deslizándose por todas partes sin encontrar agarradera, el pensamiento es atrapado por el vértigo, desamparado y se vuelve una vez más hacia lo que tiene el mismo origen que él y se contenta respecto de lo que está por encima de él con conocer justo lo suficiente como para estar convencido de que no hay otra cosa que la naturaleza de las cosas conocidas. Asimismo cuando el discurso se dirige hacia lo que está en el discurso es “el momento de callarse” y de guardar en el secreto de la conciencia (sin poder interpretarlo) el asombro delante de este Poder indecible sabiendo que incluso los grandes profetas decían las obras de Dios sin decir Dios con estas palabras: “¿Quién expresará el poder del Señor?” y “Yo contaré todas sus obras” y “de edad en edad alabaré tus obras”.<span> </span>Ellos hablan de las obras. </span></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align:justify"><span class="Apple-style-span" >Sin embargo cuando su discurso se refiere a aquello que está por encima de todo pensamiento es por el contrario el silencio lo que ellos erigen como ley. Y dicen en efecto: “la grandeza de la gloria de la Santidad no tiene límite” ¡Oh maravilla! ¡Cómo ha temido acercarse a la contemplación de la naturaleza divina el discurso que en realidad ni siquiera ha comprendido la maravilla de esto que es contemplado desde el exterior! No dice que no haya límite a la esencia de Dios juzgando totalmente audaz el hecho de acceder a esta idea, sino que se asombra en su discurso de la grandeza gloriosa que contempla. Por el contrario, no ha podido ver la gloria de la esencia ella misma y está atrapado por el estupor concibiendo la gloria de la Santidad. ¡Se ha abstenido, y cuánto, de especular sobre lo que es la naturaleza, aquel que no ha sido capaz de asombrarse de las manifestaciones últimas! ¡Porque no se asombra ni de su Santidad, ni de la gloria de la Santidad, sólo se ha propuesto asombrarse de la grandeza de la gloria de la Santidad! Ocurre que no ha entendido por el pensamiento el límite de aquello de lo cual se asombra. También dice éste: “La grandeza de la gloria de la Santidad no tiene límite” (Gregorio de Nisa, <i>Séptima homilía sobre el Eclesiastés</i>).</span></p>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2216319173313968535.post-44793054746267410132011-10-02T19:28:00.000-07:002011-10-02T19:39:09.156-07:00Especie violenta<p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span class="Apple-style-span"></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align:justify;line-height:normal"><span class="Apple-style-span"><span lang="ES-PE" >Hace una semana una horda causaba desmanes durante un partido de fútbol y perpetraba un asesinato. De manera absolutamente consecuente con el <i>modus operandi</i> de una horda, nadie era capaz de hacerse responsable de la víctima. <o:p></o:p></span></span></p><span class="Apple-style-span" > <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: normal; "><span lang="ES-PE">Ayer conversaba con un taxista y me decía que esa violencia “ya viene de la casa”. Y en parte es cierto, pero la casa como espacio original de socialización es cada uno con su atadura a la especie. Y nuestra especie, después de todo, es animal. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: normal; "><span lang="ES-PE">Kant escribió un libro titulado: <i>Sobre el mal radical en la naturaleza humana</i>. En este libro explicaba que nuestra disposición al bien no se ve libre de nuestra inclinación al mal. Tenemos una triple disposición: a la animalidad (tendencia a conservar la especie), a la humanidad (tendencia a la identificación y comparación) y a la personalidad (el hecho de poder responder por los actos). Nuestra disposición a la animalidad puede devenir en brutalidad y violencia. Nuestra disposición a la humanidad puede devenir en envidia y rivalidad. Pero el foco de la moralidad, la personalidad, es incorruptible. Por eso siempre es posible esperar que el ser humano acepte y asuma su responsabilidad. Los asesinos de Walter Oyarce no han sido todavía capaces de reconocerse culpables. ¿Creerán que se trata de un juego, que basta con un poco de astucia y serán librados del entuerto? Sin duda, estos muchachos no se han tomado en serio nada de lo que han hecho en estos últimos días y sólo tienen como cometido “salvar su pellejo”. A la pobreza de violentar a otros y de asesinar, se suma ahora, el cinismo de quienes estuvieron implicados en la refriega. <o:p></o:p></span></p> <span lang="ES-PE" style="line-height: 115%; "><div style="text-align: justify; ">La especie humana puede incurrir en esta y en todas las violencias. Por algo decía Pascal que el ser humano tiene de ángel y de bestia. En efecto, el ser humano siempre tendrá la posibilidad de ceder ante ese sí mismo descontrolado. Con todo, no es esta posibilidad del mal lo que debería imponérsenos. Nuestra especie es mucho mejor. Por ejemplo, la masiva reacción en contra de este salvajismo es la mejor expresión del optimismo que tiene el ser humano en su especie. Sabemos que podemos ser mejores. Pero, en este mismo sentido, es necesario sancionar. Una sanción confirma la confianza en la bondad de la especie humana. Si esto no fuera así, nos contentaríamos con esperar la oportunidad propicia para cobrarnos el asesinato. La sanción desde el aparato de la justicia trasciende la tentación de la represalia. Creo que algo de esto expresó el padre de la víctima cuando dijo que esperaba que esta muerte se transformara en un freno a esta violencia. Hay que saber decir a otros que nuestra especie se irguió y se paró en dos patas no sólo por puro mecanismo evolutivo; su gesto debe poder representar su deseo y esperanza de elevarse. Y si pudiera seguir elevándose descubriría que la bestia cede ante el ángel que también alberga en su casa.</div></span></span><p></p>Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/03730201604871821570noreply@blogger.com0