viernes, 3 de octubre de 2014

El Sínodo de octubre 2014

El obispo de Amberes (Bélgica), Monseñor Bonny, ha escrito recientemente un documento a modo de preparación para el Sinodo sobre la familia en el contexto de la evangelización que se celebrará en Roma entre el 5 y el 19 de octubre. Su texto es lúcido, valiente, discreto y, sobre todo, muestra toda la sabiduría del que ha estado involucrado en la pastoral y se ha dejado interpelar por ella. En varios momentos de su presentación narra casos que ha encontrado con frecuencia entre sus feligreses y plantea preguntas muy pertinentes para quienes tienen que transmitir la gracia del evangelio y la esperanza del Reino.

Ahora bien, su texto propone una posición que, como la del cardenal Kasper, aboga por escrutar los signos de los tiempos dejando que sea la experiencia de las familias la que hable en el Sínodo. De hecho, si lo recordamos, hace varios meses (noviembre del 2013) el Papa Francisco lanzó un cuestionario sobre el tema de la familia con la finalidad de preparar este Sínodo. A partir de los resultados de esta encuesta una comisión ha elaborado el documento de trabajo Instrumentum laboris. Como se explica en este documento, los temas aparecidos son tan amplios que la temática se ha tenido que dividir en dos. Por lo tanto el trabajo comienza ahora, pero deberá seguir en otra reunión en el 2015. 

¿Que puede observarse a partir del Instrumentum laboris? De alguna manera se evidencia una tensión entre la dogmática y la pastoral, es decir entre lo que la Iglesia propone y lo que viven las familias de a pie. El Obispo de Amberes y el Cardenal Kasper lo hacen notar, pero sobre todo lo pone en evidencia el documento de trabajo que han tenido que leer todos los obispos que participan en el Sínodo.

¿Cómo resolver este hiato, esta separación entre dogmática y pastoral, que podría seguir ahondándose en lo sucesivo? Por el momento, entre los obispos (que se reunirán en el Sínodo junto con otros especialistas) hay dos posiciones muy claras: hay quienes proponen reinterpretar la dogmática a la luz de la pastoral (en esta línea se encuentran Bonny y Kasper, por ejemplo) y hay quienes niegan que exista contradicción entre estos dos ámbitos. Entre quienes defienden esta posición se encuentran cinco importantes cardenales de la Iglesia como el cardenal Müller. Ellos acaban de publicar un libro que lleva por título algo así como Permanecer en la verdad de Cristo y comunicón en la Iglesia Católica. 

Pero esto no es un partido de fútbol, y por lo tanto, no se trata de hacer barra al mejor equipo. Para entender este antagonismo conviene dejar de lado los clásicos esquemas socio-políticos que dividen el mundo eclesial entre progresistas y conservadores. El Cardenal Müller, por ejemplo, ha sido considerado muchas veces como progresista y, sin embargo, escribe un libro que parece oponerse a los progresistas. Este clasico esquema socio-político me parece demasiado rígido para comprender matices que son propios de una realidad institucional como esta. Y sólo quisiera dar tres pistas para acercarse al Sínodo pensando en el antagonismo descrito antes.

En primer lugar, este antagonismo sólo puede ser favorable para permitir el advenimiento del Espiritu. Nada más alejado del Espíritu que una mole monolítica en la que las cosas están resueltas de antemano. La garantía de que habrá discernimiento verdadero es que no haya acuerdo antes de empezar. Lo que hemos leído en estos dias, hace pensar, por lo tanto, que existe un sincero deseo de buscar.

En segundo lugar, este antagonismo aparece por primera vez en el medio de un diálogo que ha comenzado por escuchar a los creyentes de a pie, a aquellos que están envueltos en las exigencias de vivir el evangelio en el día a día de su ser padres y madres. Todos esperamos los frutos de este diálogo. 

En tercer lugar, este antagonismo no debería suponer un endurecimiento de las posiciones, sino el desarrollo de profundas investigaciones sobre el tema con la ayuda de especialistas laicos y con el soporte de las ciencias humanas (historia, exégesis bíblica y patrística, filosofía, teología y ciencias sociales). Dar opiniones, sin consideraciones de fondo primero, sería una pérdida de tiempo y de la oportunidad que nos da el Papa Francisco. 

2 comentarios:

  1. La Pastoral sociala de la Iglesia, en el campo de la familia, es sin duda alguna importante, pero deberìa considerar temas específicos de la hora actual. Pero lo mque mas interesa a nuestra Iglesia, es la correccion de los malos desatinos de la anulación por parte del cónclave Vat.II catequistico, de la Santa Liturgia del Concilio de Trento, imponiendo por la fuerza sus decisiones, y digo por la fuerza, dado que es una medida que debió ser especificamente "medida" antes de su impolementación, porque las generaciones pasadas no deben relegarse a planos inferiiores como aparenbtemente aparece en la pràctica. Hay mucho dolor en nostros los ancianos. Nuestros ancestros, nos sentaron sobre sus rodillas para enseñaronos el PATER NOSTER y esto se ha dejado de lado (entiendanse no salemente el idioma uuniversal de la Iglesia) La Santa Misa Tridentina es la Misa que ellos nos delegaron y a la vez recibieron de sus anteparados, ¿a quien se le ocurre boirtrarla de un plumazo? Han llegado a prohibirla, cosa absolutamente falaz, dado que siempre se siguió celebrando, y se si hoy, avalado por el motu prprio del papa Benedicto XVI. No se debe desacralizar la liturgia. He vistio misas, que misas que misas son reun iones sociales..Cada sacerdote hace gestos en la liturgia como el cree conveniente, y eso no esta bien. Otros omiten directamente algunas, como por ejemplo la oracion del ofertorio, tanto del Pan como del Vino. Se dice" Coinbmemoracion", cuando siempre ela transubstanciación se dijo: HACED ESTO EN MOMORIA MIA. Uno cuando sale de la Misa, no sabe que le pasó Por potro lado vayamos a las necesidades materiales del gènero umano. El Sinoido debe hacer que se adecuen l,os tiempos, a fin de que forma y medios el Pueblo de Dios est÷e bien asesorado acerca de las verdades de la Fe, y alejarnos de las hereçias que se estan cometiendo.porque nadie jamças podra detener a los sacrilegos. Todo esto por la Prioridad de la Misiçon Apostçolica del Papa en cuanto a la Iglesia, y luego con las diversas dependencias del Vaticano ordenar el mundo social, es decir hacer un poco de amor al Projimo, como dice San Juan. porque sino seriamos mentirosos.

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  2. Gracias por el comentario, pero habría que decir que la liturgia es bella o digna no por el latín, sino por la carga simbólica que es y ha sido capaz de comunicar. Sostener que el latín es tan natural a la liturgia hasta caso hacer una sola cosa es olvidar la historia en la que el latín aparece por primera vez. A mi modo de ver, cualquier cosa que veamos que no tiene brío en la liturgia, habría que pensarla más bien en relación con nuestra falta de imaginación para inventar. En Francia, por ejemplo, donde tuve oportunidad de pasar un tiempo, pude observar una liturgia digna, bella y profunda y era en francés. Mucho ánimo, no creo que dejar el latín en la liturgia haya sido el problema, sino la falta de inventiva.

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